La Llar de Calvià estrena una pionera terapia con caballos para sus residentes

La equinoterapia permite que los usuarios cambien su rol y pasen a ser cuidadores, lo que influye de manera positiva en la autoestima de los mayores

Rosa Ferriol

Rosa Ferriol

Este martes la Llar de Calvià ha contado con una visita sorpresa. Se trata de Taca y Pancho, dos ponis que a partir de ahora cada martes y jueves se trasladarán a las instalaciones para protagonizar una terapia que el centro calvianer implanta de forma pionera. Así, la equinoterapia se adentra en la Llar de Calvià con la misión de que los usuarios y usuarias cambien su rol. Es decir, pasen de ser dependientes a cuidadores. La psicóloga Josefina Riera, que se muestra muy motivada e ilusionada con este proyecto, detalla que se trata de “un nuevo modelo de terapia, donde el residente cambia de rol, es decir, el usuario que siempre ha sido atendido, cambia de rol y participa en el cuidado y en el día a día del caballo”.

“Esta situación de intercambio de roles influyen de manera positiva en el desarrollo de la autoestima y la autopercepción de las personas mayores. Trabajamos con el centro ecuestre Es Pas que está preparado para este tipo de terapia. Dos veces a la semana, los usuarios deberán alimentar, cepillar, acariciar y cuidar a los animales. “Estas actividades cotidianas permiten que el anciano conecte con la realidad, le ayudan a olvidar sus problemas, fomentan su empatía y satisface la necesidad de dar y recibir afecto”, desgrana Riera. El terapeuta lo que intenta es que el caballo sea el medio para captar la atención del residente. Capta la atención del residente a través del caballo y a partir de aquí se trabajan distintos aspectos, desde estimulación cognitiva, participación física… Las actividades pasan a hacerse con el caballo desde juegos de memoria a historias de vida”, añade Riera mientras sujeta a Taca. “Hay momentos en que los caballos son más dóciles otros están un poco más nerviosos”, interrumpe mientras intenta calmarlo. “Lo que está claro es que un centro residencial lo que necesita es vida, necesitamos que el caballo forme parte de nuestro equipo. Taca y Pancho son ponis y están acostumbrados a trabajar con niños y personas mayores”, concreta.

Innovar

“La idea es innovar, mejorar y evolucionar la Llar de Calvià. Es una constante lucha y motivación para mejorar la actitud y la respuesta de los residentes, además de mejorar las terapias. Se nos ocurrió esta terapia ecuestre que permite a los usuarios proporcionar herramientas para que viva esta etapa de su vida de una forma enriquecedora. Josefina tiene verdadera pasión por los caballos y su trabajo, sin ella está terapia sería inviable, igual que sería inviable sin la colaboración de Es Pas. Estoy emocionado por emprender este proyecto que será muy positivo”, confiesa el gerente Joan Llorenç Caimari que concreta que solo tiene conocimiento de un caballo en la peninsula que visita hospitales. “Somos pioneros y ojalá que sea extensivo a otras residencias”, desea. De momento, en la Llar de Calvià sus 58 residentes internos y los otros diez usuarios del centro de día se beneficiarán de la equinoterapia.

La Llar de Calvià estrena una pionera terapia con caballos para sus residentes

La Llar de Calvià estrena una pionera terapia con caballos para sus residentes / R.F.

La psicóloga tiene claro que estar en una residencia mitiga mucho las emociones. Se imponen los silencios y la falta de comunicación es una tónica. Con la irrupción de los dos ponis en las instalaciones de la Llar de Calvià se ha roto esta monotonía y de repente las sonrisas y los recuerdos de los usuarios han tomado protagonismo. “Si los viera mi nieto, le encantan”, decía una. “Mi bisnieta empezó a montar con un poni, ahora ya va con un caballo más grande”, explicaba otra. “En casa teníamos caballos”, recordaba otra mientras le daba una zanahoria. “Los usuarios han cobrado vida”, repetía Riera con una sonrisa de satisfacción mientras paseaba a Taca por las instalaciones de la Llar de Calvià. Fuera en un plis plas Antonio Molina congenió con Taca y lo sujetaba mientras degustaba el césped del jardín. “Los caballos dan vida. Será beneficioso porque porque pasan a tener una función, una tarea para hacer cada día como limpiar el caballo, preparar las zanahorias para luego alimentarlo y cuidarlo”, relata Riera.

Usuarios como Cirila Varela no escondía su satisfacción tras la visita de Taca y Pancho. “Me ha encantado, yo he tenido caballos porque vivía en el campo, me ha recordado a cuando montaba con ellos y mi abuelo me reñía porque lo dejaba atado a un tronco. Estoy encantada. Me motiva tener la responsabilidad de cuidarlos, es una nueva experiencia”, cuenta. “Pórtate bien, pequeño”, le decía Enriqueta Florit que también se mostraba de lo más ilusionada con su nuevo rol de cuidadora. “Tenerlos en el centros dos veces por semana nos ayudará a olvidarnos de los problemas del día a día”, remarca Josefina Riera, que no duda que sus nuevos compañeros de trabajo le ayudarán en el día a día con los usuarios.

“Es una terapia muy positiva que ayudará a los usuarios a sentirse como en casa. Y si los usuarios están más contentos y más tranquilos, contribuye a que el personal que trabaja en la Llar de Calvià esté más ilusionado”, celebra la regidora de Servicios Sociales, Familia y Gente Mayor, Juana María Prats.

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