Lletra menuda
Luces para asfalto en el encinar de es Guix
Es Guix no engaña. Tiene el aspecto de esbozo de pueblo que quiso pero no pudo ser. Es una de las intentonas urbanas de Escorca bajo el efecto deformador del síndrome que lleva a la creencia de que un municipio sin calles no puede existir. Vana pretensión para la administración local con un patrimonio natural sin competencia ni comparación posible con ninguna otra demarcación de la isla.
Se vuelve a demostrar en el caso de Es Guix. Con desclasificación confirmada por el Tribunal Supremo en 2016, un juzgado de lo contencioso-administrativo ordena ahora «la restauración de la legalidad urbanística infringida» y confirma que el Consell estaba en la línea acertada cuando desautorizó al Ayuntamiento por haber renovado el alumbrado público y parte de un vial de Es Guix.
En pocas palabras, las encinas no necesitan farolas fabricadas para iluminar el asfalto.
Sin embargo, el alcalde ve «mano política» en la negativa. Actuaciones de mala práctica política queremos entender, porque un término tan manoseado sirve hoy para la disputa partidista en cualquier instancia de representación pública.
La mala política también puede estar en el empeño de endosar casas fuera de lugar al encinar más impresionante de Mallorca y entre los escasos teixos que quedan en la isla.
Pero Escorca recurrirá la prohibición de lucir farolas en el bosque.
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