Oro. Mucho oro por todas partes. Entre la decoración de la barrera que franquea la entrada. En la estructura del pozo decorativo. En los grifos de los baños. En el bidé. En el techo que cubre el jacuzzi. En los pomos. En las patas de las sillas del salón. En las versallescas lámparas colgantes. Oro, oro y oro. En forma de pintura, láminas o recubiertos. El dorado metal brilla. Con intensidad. Como símbolo de riqueza, de distinción, de poder.

Este estatus lo exhibe una mansión de Santa Ponça. Con 800 metros cuadrados construidos y 3.800 de superficie total del solar. Con seis habitaciones y dos cocinas, entre la casa principal y la de invitados. Su propietario es un importante constructor alemán. Él se encargó de rehacerla como inversión para sacarla posteriormente a la venta. Usó materiales de primera calidad y muebles de diseño de renombradas marcas internacionales (hasta los cojines son de Versace). Y llegó a traer un artista francés para que decorase con estilo parisino las paredes interiores del garaje.

"Él es un señor discreto. Y muy exigente. O lo hace todo perfecto o prefiere no hacerlo. Ésta era una casa vieja y él la rehizo a su gusto", explica el gestor profesional inmobiliario Roberto Gourlay, quien se encarga de buscar comprador a la mansión. ¿El precio? 18 millones de euros, lo que ha hecho que en los últimos días haya cobrado presencia mediática al tratarse de la casa más cara que se puede encontrar en uno de los principales portales inmobiliarios nacionales, el idealista.com, por delante de propiedades en sitios exclusivos como la urbanización madrileña de La Moraleja o el barrio barcelonés de Pedralbes. El precio parece descorazonador (de hecho, si se suscribiera una hipoteca a 30 años con el valor actual del euribor, la cuota mensual resultante sería de 65.903 euros), pero el lujo siempre tiene mercado. El año pasado, ya hubo dos compradores interesados, pero la operación no fructificó. Para hacerse una idea del potencial económico de la gente que se mueve en estas esferas, valga el siguiente dato: una de las personas que estaba interesada en la compra es un milmillonario que en su yate dispone de un helicóptero, lo que viene a reforzar la idea de que, desde las alturas, el euribor se ve como algo muy lejano.

Gourlay explica que, por el tipo de casa que es, con un estilo recargado, barroco, tiene buena aceptación entre clientes árabes y rusos, más proclives a esta decoración. Lo dice mientras señala el cristal de Swarovski que centellea en la lámpara del salón y las gruesas alfombras de Persia que visten un suelo que, por cierto, es radiante. Emana calor al activar un dispositivo. Siguiendo con la vuelta a la casa, se llega a una de las habitaciones. La cama es de tamaño king size, con doble colchón.

En el exterior, al abrir la puerta corredera protegida por doble cristal antibalas, se llega a la piscina, la vista se detiene en el escudo de Versace que decora el fondo. Hay estatuas versallescas, una zona chill out y, siempre omnipresentes, abundantes detalles dorados.