El propietario del Bar Junior de Santa Catalina: "Unos suecos me ofrecieron un pastizal, pero me gustaría que una pareja española continuara con el negocio"

Jesús María Álvarez tiene 67 años, quiere jubilarse y ha decidido traspasar el establecimiento, pero no a cualquier precio: "En esta zona hay muchos extranjeros y lo cambian todo"

Jesús María Álvarez quiere jubilarse y ha decidido traspasar el Bar Junior de Santa Catalina.

Jesús María Álvarez quiere jubilarse y ha decidido traspasar el Bar Junior de Santa Catalina. / Bernardo Arzayus

Nair Cuéllar

Nair Cuéllar

Jesús María Álvarez es el propietario del Bar Junior de Santa Catalina. Tiene 67 años y quiere jubilarse y ha decidido traspasar el establecimiento, pero no a cualquier precio: "Unos suecos me ofrecieron un pastizal, pero me gustaría que una pareja española continuara con el negocio", explica a este diario.

"En esta zona hay muchos suecos, italianos...y lo cambian todo", cuenta. Por ello, asegura que aunque ha recibido muchas ofertas por parte de extranjeros, dice "tenerlos frenados" porque prefiere que una pareja local continúe con el tradicional negocio.

'Chuso', para los más asiduos, tenía hace más de un año reservado el traspaso a un cliente, pero debido a un problema familiar tuvieron que abandonar la oferta y ahora vuelve a buscar a quien se quede con el testigo. "Hay extranjeros con mucha pasta que han venido interesados, pero a mí me gustaría que lo llevara alguien español", asegura.

Sin traspaso generacional

Su hermano José Luis Álvarez fue el fundador del Bar Junior, en 1978 cuando abrió sus puertas. Ya en 1993 decidió traspasar el negocio al mallorquín Juan Reus y cuando debido a una grave enfermedad falleció, su hermano Jesús María cogió el testigo.

José Luis apunta con cierta desazón que "hoy en día los herederos no quieren quedarse con los negocios. Los jóvenes no quieren trabajar dieciocho o veinte horas, es así", dice, además de añadir que "el Gobierno tampoco les ayuda a abrir negocios".

Considera -y aclara que no como una crítica- que "ahora la gente no tiene la necesidad de sacrificarse como antes, que prefiere tener una nómina y ya". En este sentido, dice que "las necesidades antes te obligaban a trabajar así", de una forma que ahora, señala, "solo hacen los extranjeros". Por este motivo señala a los propietarios chinos: "Ellos son los que abren bares ahora, porque son los únicos que están dispuestos a trabajar tantas horas", apunta.

VÍDEO | Se traspasa el Bar Junior de Santa Catalina, el último refugio de la clientela local

Bernardo Arzayus