La Palma que quieren los vecinos: menos turismo, tope al crecimiento y más participación

«Queremos estar en la toma de decisiones que afectan a los barrios», indica Maribel Alcázar ante una legislatura que afrontan con ganas de reivindicar

Protesta vecinal en Palma.

Protesta vecinal en Palma. / Pere Joan Oliver

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

La Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma afronta la legislatura con ganas de reivindicar y «a la expectativa» ante el mandato de Jaime Martínez, que en junio relevó a José Hila como alcalde de Palma. Maribel Alcázar, presidenta de la Federación, cree que todavía es pronto para juzgar al nuevo equipo de gobierno, pero le reclama lo mismo que anterior: más participación de las entidades vecinales en la toma de decisiones del Ayuntamiento de Palma.

«La participación ciudadana presenta déficits muy importantes. Es normal, somos incómodos, ni a la derecha ni a la izquierda le gusta que los vecinos vayamos a cuestionar lo que hacen o lo que dejan de hacer. A veces te llaman ofreciéndote participar, pero lo que quieren en realidad es que vayas y les legitimes con tu presencia. Eso no es participar. Tampoco lo es dar subvenciones a las entidades, eso es solo una pequeña parte, que por cierto es cada vez más problemática. Muchas asociaciones vecinales se sienten más utilizadas que atendidas. Sabemos que la participación no es un regalo, siempre ha sido una conquista», relata Alcázar.

Maribel Alcázar, presidenta de los vecinos de Palma.

Maribel Alcázar, presidenta de los vecinos de Palma. / Manu Mielniezuk

«Pedimos un mejor cumplimiento del reglamento de participación ciudadana para que el movimiento vecinal tenga más incidencia donde se toman las decisiones. Tenemos unos déficits importantes. Nosotros tenemos derecho a ser parte implicada en determinadas tomas de decisiones que afectan a los barrios, pero eso no se cumple. Por ejemplo, en una reunión en Urbanismo reivindicamos información más fluida sobre proyectos urbanísticos y que no se tomen decisiones que afecten a los barrios sin avisar antes al movimiento vecinal para que pueda intervenir. Sin embargo, no se ha hecho con la zonificación [para determinar dónde se podrá crecer en altura y dónde reconvertir locales comerciales en viviendas]. Se ha hecho un mapa sin un debate ciudadano», manifiesta.

En todo caso, Alcázar celebra que se ha dado un paso importante con la Mesa por la Convivencia Ciudadana, una iniciativa del propio movimiento vecinal en el que se encuentran el alcalde, los vecinos y varios regidores para buscar soluciones a los excesos derivados del ocio nocturno. «Nos gusta que el alcalde se implique directamente presidiéndola. Eso dará más fuerza a cualquier iniciativa que se materialice. Hace unos días tuvimos la segunda reunión, hay un trabajo serio y salimos de allí con deberes para todos», valora Alcázar.

"Vivir del turismo o para el turismo"

La presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma también expresa su preocupación por el impacto del actual modelo turístico en Palma, y reclama que esta legislatura se aborde un debate serio sobre el decrecimiento. «Hace poco organizamos una contracumbre turística para debatir sobre la carga humana que es capaz de soportar la isla. Trajimos a expertos de ámbito estatal y tuvimos una mesa redonda con entidades de aquí como Santa Catalina y Son Espanyolet, afectados por el ocio nocturno y el alquiler turístico, legal o ilegal. Se trata de establecer cuál es la carga que es capaz de soportar esta ciudad sin que sea inhabitable para los residentes. Cuántos turistas pueden venir sin que eso se traduzca en un deterioro de los servicios públicos. Sufre el servicio de taxis, el transporte público o el consumo de agua, que a las asociaciones de vecinos se nos restringe las actividades en los barrios. Vivimos un colapso que afecta a nuestra vida cotidiana», destaca.

«Vivir del turismo es una cosa, y vivir para el turismo es otra», añade.

Uno de los retos de la legislatura es la vivienda. «Abaratarla no pasa por construir más, sino por intervenir en un mercado especulativo que solo piensa en sus beneficios, no en la ciudad. No es cierto que construir más rebaje los precios. El decreto de vivienda del Govern no nos gusta porque favorece la construcción de más viviendas, y nosotros no queremos que la ciudad crezca más. Está bien que el Ayuntamiento haya hecho una zonificación para ordenar y restringir, pero el fondo del decreto no va en la dirección adecuada», insica Alcázar.

Y destaca algún anuncio esperanzador por parte de Cort: «Nos parece bien el anuncio de hacer un macroparque urbano que incluiría las canteras y Son Quint. Es una vieja lucha vecinal y parece que va por buen camino. También un acuerdo del Consell para comprar la finca de Son Muntaner para ampliar ese parque. Habrá que ver cómo queda para que acabe siendo un gran pulmón verde que sea un oxigenador de la ciudad. La pasada legislatura se dio algún paso, pero insuficiente».

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