El Govern pide un informe a Costas sobre la situación del chiringuito de la playa del Peñón

El Govern balear, a través de la conselleria del Mar, ha solicitado un informe a la Demarcación de Costas para conocer con exactitud cuál es la situación del chiringuito de la playa de la Torre d’en Pau, conocida popularmente como playa del Peñón. De este modo, el departamento que dirige Juan Manuel Lafuente espera dar respuesta a una denuncia de los vecinos del Coll de'n Rabassa, que la semana pasada advirtieron de la aparición de tuberías y depósitos conectados a la polémica instalación.

La concesionaria instaló el pasado 13 de junio dos módulos prefabricados en una esquina de esta playa situada entre Ciutat Jardí y Cala Gamba. La Demarcación de Costas, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, dio luz verde a su instalación porque es el organismo competente en esta materia. Por este motivo, la conselleria del Mar ha solicitado al celador de Costas un informe que arroje luz sobre esta estructura que, por razones desconocidas, permanece cerrado y sin desplegar las tumbonas y sombrillas que tiene autorizadas.

El Ayuntamiento de Palma, a través de la concejalía de Medio Ambiente y Sostenibilidad que dirige Llorenç Bauzá, ha mostrado su disposición a mediar entre la empresas concesionaria y los vecinos, pero inicialmente no se declara competente para intervenir en el caso de las nuevas instalaciones que han aparecido conectadas a la caseta.

El pasado viernes la asociación de vecinos del Coll d’en Rabassa denunció la instalación de «dos depósitos soterrados en la arena de la playa de El Peñón conectados con varias tuberías con el chiringuito». Esta entidad también detectó «diversas conexiones eléctricas y una tubería de salida de aguas sucias directamente a la playa mediante un conducto de unos 15 centímetros de diámetro».

El presidente de los vecinos del Coll d’en Rabassa, Joan Forteza, informó de que había trasladado su denuncia al Govern balear y al Ayuntamiento de Palma para que iniciaran «la apertura de un expediente disciplinario con el objetivo de esclarecer si el chiringuito y las instalaciones anexas ahora detectadas cuentan con todos los permisos, especialmente la licencia de actividad e instalaciones, acompañadas de un informe de impacto ambiental».

Esta asociación considera que el chiringuito es «una instalación móvil, y como tal no puede tener instalaciones soterradas». E insisten en que se prohíba porque «su verdadero objetivo es organizar por la noche fiestas multitudinarias de botellón sobre la playa, creando un nuevo punto de conflicto social y de convivencia en nuestro barrio y en la ciudad».

Bajo la lupa

Los vecinos siempre han tenido en el punto de mira un chiringuito que, a su juicio, es incompatible en una playa de pequeñas dimensiones y de tradición familiar. Para los residentes esta instalación podría ser sinónimo de masificación y ruidos en un espacio al que acuden en busca de tranquilidad.

Hay que recordar asimismo que en 2018 la Policía Local llegó a cerrarlo al detectarse deficiencias y tras las reiteradas denuncias de los vecinos de este barrio. Aseguraban que el local había abierto sin licencia de actividad e incumpliendo la Ley de Costas, ya que la caseta, tumbonas y sombrillas ocupaban más espacio del permitido.

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