LA MIRADA DE TORRELLÓ

Cuando sa Rua recuperó la calles de Palma tras 40 años de dictadura y prohibición

El carnaval de Palma regresó al Passeig del Born en febrero de 1979, bajo las pancartas electorales que anunciaban el 1 de marzo las Elecciones Generales de 1979 que volvió a ganar Adolfo Suárez y las locales del 3 de abril que convirtieron a Ramón Aguiló en el primer alcalde de la democracia

Miguel Vicens

Miguel Vicens

Como si la costumbre del disfraz se hubiera perdido tras 40 años de dictadura y prohibición, la Rua volvió a tomar las calles de Palma en febrero de 1979. Y lo hizo con cierta timidez y con más público que disfraces en el Passeig del Born, como describen las fotografías de Joan Llompart Torrelló, histórico fotógrafo de Diario de Mallorca y maestro de fotoperiodistas.

El ambiente, incluso durante la celebración de la fiesta, estaba más marcado por las inminentes elecciones que por la histórica recuperación de la tradición popular. El 1 de marzo los ciudadanos estaban convocados las Elecciones Generales, las segundas tras las que en 1977 constituyeron las primeras cortes democráticas y las primeras tras la aprobación de la Constitución de 1978, que volvió a ganar la UCD de Adolfo Suárez. Pero no eran las únicos comicios en el calendario, pues el 3 de abril había una nueva llamada a las urnas, las primeras elecciones municipales, que en Palma convirtieron a Ramon Aguiló en el primer alcalde de la democracia, sustituyendo en Cort a Paulí Buchens.

Una mujer barbuda en la Rua de 1979 en el Passeig del Born

Una mujer barbuda en la Rua de 1979 en el Passeig del Born / Torrelló

Con este ambiente, la fiesta de la Rua, fruto del trabajo de recuperación de las asociaciones vecinales de sa Calatrava, no del Ayuntamiento, se celebró en el Born bajo pancartas electorales, en un extremo una de la Unión Nacional de Blas Piñar, coalición de extrema derecha que reunía a partidos como Fuerza Nueva o la Falange, y en el otro una del PSM, partido fundado en 1976 y origen de lo que hoy es Més per Mallorca.

El circo y el cine clásico eran los principales referentes de los disfraces más vistosos, marcados por la confección casera y la habilidad que cada uno tuviera para transformarse con ropa usada o prestada. En el Born se juntaron payasos, zancudos y equilibristas, un charlot y hombres barbudos vestidos con falda y pañuelo en la cabeza, marineros que pilotaban un buque de cartón y jeques árabes con turbante. Hubo también un desfile de coches antiguos, batalla de confeti y mucha alegría entre los participantes ,resaltan las crónicas, que hacen una llamada al consistorio salido de las próximas elecciones de abril para que preste su apoyo a la fiesta. "Lo importante es que la Rua se celebró y que el año que viene puede tener una más importante continuidad, siempre y cuando, una vez consolidadas las cosas políticas, los organismos oficiales apoyen esta manifestación festiva", concluía la crónica de Diario de Mallorca.

Las "cosas políticas", efectivamente, se consolidaron. Y el carnaval de Palma fue creciendo con el apoyo del Ayuntamiento de Palma hasta hoy. Han pasado 44 años del día en que la ciudad recuperó su carnaval.