Tribuna

¿Por qué nuestros médicos no se especializan en medicina familiar?

Muchos usuarios de la sanidad pública cada vez tienen más dificultades para encontrar un médico de familia que se mantenga años en una plaza

Médicos

Médicos / GOBIERNO DE ASTURIAS

Dra. Carmen Fernández / Dr. Miguel Lázaro

Y ¿por qué si lo hacen se van al extranjero o cambian de especialidad? La figura del médico de familia, como siempre lo hemos entendido, ya no existe. Muchos usuarios de la sanidad pública cada vez tienen más dificultades para encontrar un médico de familia que se mantenga años en una plaza, sea un referente para el paciente, le ofrezca confianza y apoyo tanto a él como a su familia.

Nos encontramos en una época en la que el médico de familia, el «antiguo médico de cabecera» ya no está interesado en trabajar en España por varios motivos. El primero es que se nos exige, en consulta, hacer demasiadas tareas al mismo tiempo: atender a los pacientes citados, intercalar a aquellos que acuden al centro de salud sin cita, atender a los pacientes en domicilio tanto programados como urgentes que nos obliga a dejar la consulta, atender a los que pasan por la consulta de enfermería y necesitan además valoración médica, sin olvidar que, por la falta de médicos debido a una gestión de recursos humanos deficitaria, asumimos a todos los pacientes que no pueden ser atendidos por aquellos compañeros médicos que están enfermos, de vacaciones o de permiso, porque no son sustituidos.

Este médico de Atención primaria «multitarea», no puede abarcar todo el trabajo lo que le provoca estrés, incluso abandono o enfermar por esta continua presión asistencial. El profesional médico está quemado y sufre un síndrome de Burnout. Nadie hace de médico al 50%. Consultas atestadas, no solo por lo presencial, sino por todo el trabajo que incluye las consultas telefónicas, la realización tareas burocráticas cada vez más complicadas, la constante interrupción por la multitarea y miles de detalles más que hacen que el médico no quiera trabajar en los centros de salud. Y además sufrimos de que se nos considere una especialidad de segunda, a pesar de ser la más humanizada, y la más cercana al paciente. La relación médico paciente está en juego.

¿Quién quiere trabajar así?

Algunos han pensado que el problema se solucionaría formando más médicos, pero a pesar de que en España se han incrementado un 164% el número de plazas en las facultades de medicina, que han pasado de ser 28 a 46 en todo el territorio y se han aumentado las plazas MIR de 6795 en el 2010 a las 8772 ofertadas para el 2024, a la hora de elegir especialidad se quedan desiertas, no son atractivas para ellos, o si las eligen se abandonan en cuanto el médico residente se da cuenta de la precariedad y sobrexplotación al que va a ser sometido el resto de su vida laboral.

Los que eligen esta especialidad, en muchas ocasiones, se van a trabajar a otros países donde no solo se reconoce su magnífica valía, sino que se paga el doble, el triple o más por el mismo trabajo.

SIMEBAL reivindica una reforma urgente de la Atención Primaria, donde el médico pase de la multitarea a atender a los pacientes que puede visitar en una jornada y no el triple como está ocurriendo ahora. Una reforma que reconozca sus entre 10 y 12 años de preparación, su capacitación profesional y científica, el constante reciclaje, el nivel del responsabilidad civil y penal, etc. Y, a los políticos, debemos exigirles que busquen la eficiencia del sistema sanitario y dejen de utilizarlo como acicate para la obtención de un mayor número de votantes.

Trabajemos todos por nuestro sistema sanitario, y cuidemos a nuestros médicos de familia. El sistema no puede sobrevivir sin ellos.