Alcalde de Pamplona

Limón & vinagre | Joseba Asirón: Joseba, alirón

Joseba Asirón, el pasado 28 de diciembre, tras su toma de posesión como nuevo alcalde de Pamplona.

Joseba Asirón, el pasado 28 de diciembre, tras su toma de posesión como nuevo alcalde de Pamplona. / EP

Jose María de Loma

Jose María de Loma

No se sabe si cantaban alirón, alirón o Asirón, Asirón. El caso es que media Pamplona lo jaleó el otro día en el centro de la ciudad. La vieja Pamplona es una de las ciudades con más sentimientos al aire. En carne viva. La otra media también gritó, y brama y siente que le han robado algo que les pertenece. Les gusta la palabra usurpación. El demonio se les ha metido en la cocina. El nuevo alcalde de Pamplona, que ya lo fue entre 2015 y 2020, miembro de Bildu, mocetón, doctor en arte y profesor de euskera en la concertada, ha llegado al cargo con los votos del PSOE, el partido que dijo que nunca pactaría con Bildu, que nunca propiciaría un sillón para la formación abertzale. 

Bildu ha conquistado la capital sentimental de los que creen en el cuento de la Euskal Herria independiente y de siete territorios al norte y sur de los Pirineos. En eso no creen ya ni los del PNV, que bastante tienen con creer en sus propias posibilidades para seguir siendo el partido más votado en Euskadi. Pero es que los de Bildu, las nuevas hornadas al menos, tampoco van ya de ese camelo y sí de propiciar leyes que beneficien, como a ellos les gusta decir, «a la gente». Varios ejemplos de eso hemos tenido estos días. Como la ley que evitará desahucios de personas vulnerables. Bildu es un partido de Gobierno. De Gobierno español. Es un partido de Estado. Ayudan a su gobernabilidad.

Joseba Asiron ya es alcalde de Pamplona

Agencia ATLAS / Foto: EFE

Hablan más de bono eléctrico que de independencia. Con todo, hay elementos aún repugnantes en esa coalición -Sortu, que no IU, EA o Aralar- que no condenan los crímenes de ETA si es que no participaron directamente en ellos. Repugnante. La formación va dos pasos adelante y uno atrás mientras esperamos que algún día hagan verdadero ejercicio de autocrítica sobre el daño causado por ETA, el mayor agente tóxico que ha tenido la democracia española. 

Pero volvamos a Joseba Asirón, no nos vaya a pasar como a los del PP, que cualquier tema es bueno para ponerse a hablar de ETA incluso cuando ETA dejara de matar hace muchos años, incluso cuando como ahora los ‘indepes’ radicales hagan lo que siempre les hemos pedido: que practiquen la política y dejen las pistolas. Que defiendan sus ideas por otros métodos: eso sí hizo Asirón, que repudió a la banda hace tiempo y que sabe mucho de defender, no en vano hizo su tesis doctoral en Historia del Arte sobre las torres de linaje, defensivas de la Navarra medieval. Eso sí que es arte, que dirían en el Sur. Hay que tener arte, pero sobre todo paciencia y tenacidad para encerrarse unos años a estudiar legajos y salir de cuando en cuando al campo no a mirar gorriones, nubes, arroyuelos o estorninos, si es que hay estorninos en Navarra, ¿no? Para mirar torres, baluartes, castillos, construcciones, restos arqueológicos. Asirón sabe de historia y sin embargo es abertzale, que quiere decir patriota. Un patriota que quiere que su patria chica sea anexionada por otra más grande que a su vez se desgaje de una aún mayor. Un lío de patrias, sí. Sin embargo, con su objetivo no se ha hecho un lío: siempre quiso ser alcalde de Pamplona.

Se diría que desde chiquitito, si es que Asirón ha sido alguna vez chico o pequeño. Nuestro protagonista nació un 14 de abril, hecho que ya de por sí te hace republicano o al menos, reticente a la monarquía. Estudió en Zaragoza, desmintiendo al volver eso de que el nacionalismo se cura viajando. Siempre se ha definido como euskaldún navarro. En 1998, ante el asesinato por parte de ETA del concejal pamplonés Tomás Caballero, Asiron suscribió junto a otras 133 personalidades del mundo de la cultura un manifiesto de condena al terrorismo, eso mientras con el cuerpo caliente de Caballero, al día siguiente de su asesinato, otros de su formación permanecían impasibles.

Asirón representa a una mayoría progresista que tiene más votos que la conservadora. Autor de libros, entre ellos, El palacio señorial gótico en la Navarra rural, muy propio para engolfarse una tarde con él y no salir de casa, ahora tendrá que vérselas con asuntos más prosaicos y menos medievales: el tráfico, la limpieza, los atascos, el aparcamiento, la seguridad ciudadana, los pisos turísticos, el dispositivo para San Fermín o la promoción turística de Pamplona en las ferias de turismo. Por ejemplo. Eso, el día a día de los problemas ciudadanescos, sí que son retos, aquí, en Pamplona, en Euskal Herria o en Pekín. 

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