Desde el siglo XX

De salir de España en el maletero del coche a ser colgado por los pies

Superar a la extrema derecha en el insulto es tarea que no está al alcance del PP, aunque el objeto de las cada vez más desabridas invectivas sea el presidente del Gobierno

El portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Miguel Tellado.

El portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Miguel Tellado. / Eduardo Parra / EP

José Jaume

José Jaume

El flamante y flamígero portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Miguel Tellado, que se las verá tiesas con el ministro Oscar Puente, cortado por el mismo patrón, espetó que Pedro Sáncheztendría que huir de España escondido en el maletero de un coche, como un Puigdemont cualquiera. En el PP, con Feijóo a la cabeza, celebraron el estúpido exabrupto, tan fuera de lugar como las continuas descalificaciones personales que recibe a diario el presidente del Gobierno. Lo que no calibra el PP es que siempre, en cualquier circunstancia, Vox le ganará por muchas leguas a la hora del insulto. Con la extrema derecha la aguerrida tropa de Feijóo no va a poder: la pondrá en el disparadero, la hará contorsionarse, no le quedará otra que el forzado desmarque. Es lo que ha sucedido cuando, desde Buenos Aires, Santiago Abascal, arrobado ante el nuevo presidente de la República Argentina, Jaiver Milei, en permanente comunión y contacto telepático con su perro muerto, asegura que llegará el momento en el que los españoles colgarán a Pedro Sánchez por los pies. Desconozco si Abascal conocía cuál fue el destino del cadáver de Benito Mussolini, fusilado horas antes de ser colgado por los pies en Milán por los partisanos en abril de 1945, días antes del final de la Segunda Guerra Mundial. Es lo de menos. Lo que importa es tanto la desmesura del líder de la extrema derecha española, como la retorcida explicación ofrecida por Feijóo para separarse de su socio en comunidades autónomas y ayuntamientos. Enuncia el presidente del PP que lo de Abascal es condenable, que nada tiene que ver con el PP, pero (siempre la conjunción adversativa), enlazándolo, asegura que todo obedece a la estrategia de Sánchez, al que beneficia que los de Vox fantaseen con que los españoles deseemos colgarlo como a Mussolini. Los españoles no lo sé, lo que queda fuera de toda discusión es que Abascal y demás cofrades sí lo pretenden.

En ello radica el serio contratiempo, más allá de las burradas por ahora verbales de la extrema derecha, al que puede verse abocada la política española de seguir recalentándose con prisas y sin pausas. Pedro Sánchez es el presidente del Gobierno que más injurias diarias ha recibido, recibe y recibirá desde la derecha política y mediática, sin desdeñar, por supuesto, el fuego supuestamente amigo, casi siempre octogenario. Lleva Sánchez diana de odio pintada en su cara, lo que supone que no hay que desdeñar que en algún momento alguien opte por practicar el tiro al blanco; y ahí sí, de darse esa desquiciada eventualidad, nos adentraríamos de hoz y coz en uno de esos momentos de la historia de España en la que cualquier cosa, por inverosímil que se la vea, pasa a ser factible. No es cuestión de repasar algunos episodios empezando por el asesinato del general Prim, el penúltimo día del año 1870, en adelante; desde luego conviene no tomarse a la ligera las amenazas, que eso es lo que son, proferidas por la extrema derecha contra el presidente del Gobierno, seguida de la artificiosa reacción del líder de la oposición asegurando que a quien benefician es a Sánchez. El disparate es mayúsculo. No tiene trazas de que vaya a desaparecer.

Acotación dubitativa.- Vox anuncia al PP que es condición sine qua non que en los Presupuestos de la Comunidad Autónoma para 2024 se consignen 20 millones de euros para proceder al inicio de la segregación lingüística en los centros docentes. La portavoz del PP en el Parlamento balear, Marga Duran, como siempre sobrepasada por lo que acontece, responde al presunto ultimátum afirmando que hay que ser prudentes y discretos, aguardar a ver cómo concluyen las negociaciones. Se lo podemos decir desde aquí: o bien todo queda en otra de las ‘farsetas’ de Vox, de las que concluyen en humo, o, por una vez, la extrema derecha juega seriamente las cartas de las que dispone obligando al Gobierno de Marga Prohens a pasar por las horcas caudinas de sus exigencias, lo supondrá formal declaración de guerra a la comunidad educativa. La alternativa es quedarse sin Presupuestos antes de estrenarse.

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