Gesa, quince años de abandono

Miguel Vicens

Miguel Vicens

En un triple salto mortal, el PP de Palma ha pasado de proponer la descatalogación de Gesa y su posterior derribo a planear la recuperación completa del edificio del arquitecto José Ferragut para transformarlo en museo de arte moderno y contemporáneo. En otro museo, habría que añadir, no sé sabe todavía con qué fondos ni proyecto expositivo, ni siquiera si se ha evaluado si un inmueble transparente de interiores tan luminosos se adaptaría a la exhibición de obras de arte o requeriría una intervención aún mayor a la de su restauración.

 Gesa ha vuelto a convertirse en promesa electoral y en proyecto de legislatura. Aina Calvo quiso instalar allí una comisaría de la Policía Local en la planta baja para frenar su degradación, conceder por concurso la última planta a un restaurante y con el dinero que se embolsara el consistorio con la adjudicación ir rehabilitando planta a planta. Mateo Isern, tras proponer su descatalogación y derribo, no mostró ningún interés por recuperar Gesa. Y encontró dos excusas perfectas: la contención en el gasto que le imponía el peor momento de la gran recesión y los procesos judiciales que comprometían la fachada marítima. Antoni Noguera propuso convertir el inmueble en un gran centro de creación artística que a la vez reuniera a todas las empresas culturales, pero Cort perdió en los en los tribunales en favor de Endesa la propiedad del edificio. Y José Hila suficiente hizo con cumplir las sentencias judiciales. 

La única realidad del edificio es que el próximo mes de diciembre cumple 15 años de abandono y degradación, como el inmueble protegido más desprotegido de Palma, territorio de okupas, grafiteros sin lienzo, malas hierbas y colonias de gatos que viven en su antiguo auditorio. Así que perdonen el escepticismo y la poca fe. Creeré en el futuro de Gesa cuando lo vea.

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