Oligarca ruso y jefe del grupo Wagner

Limón & vinagre | Yevgeni Prigozhin: Otro vídeo viral en la era de TikTok

Prigozhin sale del cementerio tras el funeral del bloguero Vladen Tatarski, asesinado en San Petersburgo este abril.

Prigozhin sale del cementerio tras el funeral del bloguero Vladen Tatarski, asesinado en San Petersburgo este abril. / YULIA MOROZOVA / REUTERS

Albert Soler

A Yevgeni Prigozhin le llaman oligarca ruso, otro más a sumar a la lista, cada semana aprendemos el nombre de un nuevo oligarca ruso, uno empieza a sospechar que, en Rusia, es oligarca todo el que no es pobre de pedir. En España no tenemos oligarcas o, si los tenemos, nos conformamos con llamarles ricos, con lo que viste tener una oligarquía como Dios manda. Su apellido suena a Frigolín, el primer cornete que comercializó Frigo en España -nata, vainilla o chocolate, a elegir, en mi adolescencia los comía a pares- aunque no parece tan dulce.

Prigozhin se hizo viral hace una semana gracias a un vídeo, como tantos adolescentes en la era del #TikTok. Sucede que nuestro oligarca dejó atrás hace mucho la adolescencia, y además, mientras se dirigía a la cámara no se veía de fondo de pantalla una playa o el espacio sideral: estaba rodeado de cadáveres del Grupo Wagner, un batallón paramilitar fundado y liderado por él mismo. Lo que más llamaba la atención del vídeo, cadáveres aparte, es que cuando Prigozhin se enfada, se parece mucho a Vinicius Jr. La mueca que consigue elaborar el paramilitar ruso con la boca es igualita a la del futbolista del Real Madrid cuando protesta al árbitro o se encara con un jugador contrario, es decir, casi siempre: labio colgando hasta el mentón, mandíbula a la altura del esternón, mirada de ira, dentadura dispuesta a devorar al prójimo, uno no sabe dónde empieza el brasileño y dónde termina el ruso. Tanto es así que en un principio pensé que se trataba de Vinicius, sólo salí de mi error cuando Prigozhin finalizó el vídeo sin tirarse al suelo fingiendo falta.

Todo lo contrario. El jefe del Grupo Wagner amenazó directamente a los responsables rusos de la guerra, vaticinándoles que se comerían sus tripas en el infierno si no le hacían llegar la munición prometida, la falta de la cual -aseguró- era la responsable de los cadáveres que se hacinaban a su alrededor. Si ya estar en el infierno para toda la eternidad es un engorro -según sabemos quienes hemos sido educados en colegio religioso-, tener que comerse al mismo tiempo las propias tripas debe de ser especialmente aburrido, no parece un menú que ayude a pasar las penas. Ni siquiera Frigolín de postre, sólo tripas y más tripas. Tal vez fuera esa nada apetecible perspectiva lo que hizo que pocos días después de emitido el vídeo, Rusia le haya prometido a Prigozhin que le hará llegar la munición demandada. Hay que ver cómo son esos rusos, que no se mueven hasta que les prometen un infierno con menú poco variado.

Llegado este punto, es conveniente explicar a los poco versados en el arte de la guerra que el Grupo Wagner nada tiene que ver con la música, el único sonido que emociona a sus integrantes es el de las ráfagas de metralleta y el de los obuses al explotar. Ni siquiera se les podría calificar de románticos, por lo menos no en el sentido wagneriano, puesto que es una de las mayores organizaciones militares privadas del mundo. Para muchos analistas es un escuadrón secreto del Gobierno ruso, cosa que siempre han negado, aunque con la boca pequeña: un poco rusos pero no demasiado, sí pero no, quizás alguna vez, mucho ruso en Rusia y en ese plan. Sea por afinidad, sea por dinero, en Ucrania han tomado claro partido por Rusia. Su escudo es una calavera, cosa que puede parecer tétrica, pero dedicándose a lo que se dedican, no van a llevar cosida a la guerrera la imagen de Mickey Mouse, a ver quién se los iba a tomar en serio.

No todas las guerras que libra son tan cruentas, por lo menos en apariencia. Está acusado de interferir en las elecciones estadounidenses mediante la creación y la propagación de bulos por Internet, se supone que en beneficio de Rusia. La profesión de mercenario ha evolucionado mucho, los perros de la guerra pueden ser hoy chuchos virtuales.

Como buen oligarca ruso, Prigozhin pasó unos años en la cárcel, eso en aquel país confiere estatus, un oligarca ruso sin prisión ni es oligarca ni es nada. Allí se aprende de todo, incluso genealogía, la prueba es que en el vídeo, el jefe del Grupo Wagner aseguraba, mirando a cámara y señalando a los militares muertos que muy a su pesar ejercían de secundarios en la grabación, que estos «eran hijos y padres de alguien». Y sobrinos y cuñados, podría haber añadido, aunque prefirió no extenderse en las relaciones familiares de los difuntos, y sí en cambio en la culpabilidad de los dirigentes del Kremlin, a los que acusó de vivir como pachás mientras envían a sus hombres a la muerte.

Se conoce que entre las muchas materias que Prigozhin domina desde su estancia en prisión no consta la historia, o sabría que esto ha sido así desde que se inventaron las guerras.

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