A cincuenta días del 28M

Editorial

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La firma del decreto de disolución del Parlament balear y de convocatoria de elecciones esta semana da el ‘sus’ oficial a una campaña de la que solo tenemos una certeza. Quedan cincuenta días y las encuestas no dan nada por seguro salvo que, sea cual sea el resultado de las urnas, habrá presidenta: Francina Armengolo Marga Prohens. Una disyuntiva, mujer o mujer, que no se da en ningún otro territorio de España y que no es fruto de la casualidad, sino la resultante en buena medida de haber sido la primera comunidad, bajo la presidencia de Xisco Antich, en implantar las listas cremallera que obligaron a los partidos a confeccionar equipos mixtos, con puestos de salida repartidos, superando aquella primigenia cuota del 25%, que reservaba a las féminas una de cada cuatro posiciones y que tanto costó fraguar. Antònia Jover, de Unidas Podemos, y Patricia Guasp, líder de Ciudadanos en España, se suman al elenco de mujeres que encabezan listas al Parlament por Mallorca.

Los sondeos demoscópicos de estos tiempos tan volátiles pronostican unos resultados ajustados para los bloques de la derecha y la izquierda, sin mayorías absolutas y con otra premisa clara: gane quien gane, tendrá que entenderse con otras fuerzas políticas para gobernar. Armengol apuesta abiertamente de reedición del pacto de izquierdas que ha pilotado las islas durante las dos últimas legislaturas. En un escenario tan reñido, donde cada voto cuenta, además de debilidades internas en plazas como Palma y Eivissa, preocupa y mucho en el Consolat la onda expansiva de la guerra abierta entre Yolanda Díaz (Izquierda Unida) y Podemos. Aunque en Baleares hay diferentes sensibilidades, la coalición concurre junta. Sin embargo, la imagen de los líderes morados haciendo panades mientras la aspirante a primera presidenta de España lanzaba el proyecto Sumar trasmite una imagen de división que puede desmotivar a su electorado y lastrar al conjunto de la izquierda. Prohens, por su parte, insiste en su aspiración a un gobierno en solitario del PP para no entrar en el contenido de una virtual alianza con Vox. Aunque en la demoscopia asome la posibilidad de un ‘nuevo ciclo’, su propósito se antoja imposible, teniendo en cuenta que los populares tienen ahora mismo 16 escaños y la mayoría absoluta se sitúa en los 30. Llegado el caso, la opción de gobierno en minoría exigiría igualmente a los populares acuerdos para sacar adelante presupuestos y leyes, donde tendrán difícil desprenderse de Vox. El umbral del 5% que da opción a escaño juega un papel clave para las combinatorias y para el ser o no ser de los liberales de El Pi y Ciudadanos. Nos quedan por delante cincuenta días intensos ante un escenario abierto.