Los nervios en 'Pasapalabra' pueden jugarte una mala pasada. Cualquier mínimo despiste o error puede llevarte a la silla azul y por lo tanto, fuera del programa y parece que Moisés no está por la labor de permitirse ningún fallo que lo condene. Normalmente, es a los concursantes más novatos a los que le cuesta más sacarse la tensión del programa en cada momento.

Esta parte se ve sobre todo, en la silla azul. El momento en el que un concursante, por fácil o difícil que sea la letra, se bloquea, ya es muy complicado volver a entrar en la dinámica de juego y mantenerse en el programa. Y es que tras el primer fallo lo normal es hacer el segundo y marcharse para casa. Esta vez no fue diferente y Óscar se sentaba junto a sus compañeros del equipo azul una tarde más.

El que parecía que no estaba tan nervioso después de su victoria en el anterior programa era Moisés. Hasta el rosco todo parecía indicar que volveríamos a ver un duelo de grandes aciertos y que cualquier fallo en alguna palabra podría ser el detonante de una derrota por los dos lados.

'Pasapalabra' está de enhorabuena: Moisés y Óscar consiguen lo que ya nadie esperaba Antena 3

Pero no fue así, Óscar fiel siempre a su estrategia se mantuvo rápido para terminar con las dos vueltas del rosco y esperar a Moisés con 21 aciertos. En cambio, esta vez y por no saber calcular bien los segundos, cuando normalmente le sobran a los dos casi siempre, Moisés no pudo evitar que todos le vieran los nervios y la tensión que pasaba.

El momento más tenso de Moisés

"¡Madre de Dios, qué Rosco!" pronunció Moisés nada más acabar su rosco. "Me la juego todo en esta" comentaba el participante. "Madre mía". A veces la experiencia es un grado y en el último programa y "sobre la bocina", como explicó Roberto Leal, Moisés volvió a ganar.

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A falta de tres segundos, el riojano y más que experimentado concursante se veía fuera del programa, pero finalmente acertó la palabra y pudo empatar con Óscar, que al conceder un error fácil con un tipo de sacerdote le dio la victoria a Moisés al no tener ningún fallo.