La DGT compra 70 nuevos radares con los que te será imposible escaparte de una multa por exceso de velocidad

La infracción más común en las carreteras españolas es el exceso de velocidad, una multa a la que todos los conductores se enfrentan al menos una vez en la vida por lo fácil que es saltarse la normativa.

Ir con prisas, no tener paciencia y pisar el acelerador un poco más de la cuenta sin respetar las señales de tráfico es un comportamiento muy común entre los conductores y aunque no siempre son sancionados, la velocidad afecta a la percepción del conductor hasta el punto de poder provocar un accidente grave.

A medida que se aumenta la velocidad se disminuye la amplitud del campo visual útil, provocando el llamado efecto túnel, que impide apreciar los peligros en los laterales de la carretera, algo especialmente peligroso en las intersecciones. Los márgenes laterales pasan a tal velocidad que el ojo es incapaz de captarlo y solo se ve con nitidez el centro de la imagen.

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Así, cuanto mayor sea la velocidad menor es la capacidad de ver y analizar lo que ocurre alrededor y, por tanto, la capacidad de reacción disminuye. De hecho, cuando vamos a 80 km/h ya se produce una pérdida del 35% en tu eficacia visual. Por ese motivo, aunque parezca que ir un poco más rápido de lo que indica la normativa no es para tanto, la realidad es que las probabilidades de tener un accidente de tráfico aumentan considerablemente.

Según indica la Dirección General de Tráfico (DGT) en su página web, una colisión a 120 km/h equivale a caer desde el piso 14, por lo que las posibilidades de morir o sufrir lesiones graves son considerables.

Los nuevos radares móviles de la DGT

Ante este comportamiento generalizado de los conductores en las carreteras de España, la DGT tiene instalados radares móviles para multar a los que no respeten la velocidad máxima permitida de una vía.

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Con estos dispositivos, los agentes de la Guardia Civil pueden vigilar el exceso de velocidad tanto desde un punto fijo como estando en movimiento. Ahora, la DGT va a comprar 14 radares móviles por valor de 975.000 euros.

Según indican varios medios, estos dispositivos cuentan con cámara fotográfica, una unidad procesadora y un sensor de manera que pueda medir la velocidad en varios carriles al mismo tiempo. Una de las principales características de estos nuevos dispositivos es que distinguen a los vehículos ligeros de los pesados, pudiendo diferenciar los límites de velocidad permitidos en cada caso.

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La DGT también va a comprar 70 cinemómetros láser portátiles por más de 610.000 euros, es decir, los conocidos como Velolares o "radares invisibles". Lo más llamativo de este tipo de radares es que son muy difíciles de detectar, por lo que si pasas por delante de él a una velocidad más alta de la permitida, la multa está asegurada.

Cabe recordar que la multa por tener instalado un detector de radares (incluso aunque no se esté utilizando en ese momento) es de tres puntos menos del carnet y una sanción económica de 200 euros.