Treinta y dos años realizando guardias médicas en Mallorca y sin poder jubilarse con la pensión máxima

El anestesiólogo José Valdivia ve «delirante» que estos turnos asistenciales de intensa actividad no computen como tiempo trabajado

El anestesiólogo José Valdivia en una foto tomada en su consulta de Son Espases.

El anestesiólogo José Valdivia en una foto tomada en su consulta de Son Espases. / HUSE

I. Olaizola

I. Olaizola

El anestesiólogo de Son Espases José Valdivia, uno de los profesionales que participó en la creación del primer servicio público de cirugía cardiaca en Son Dureta conducido por Oriol Bonnín, no puede dar crédito a lo que le está ocurriendo en lo que deberían ser los últimos años de su carrera.

Este sanitario, que también ha desempeñado el cargo de subdirector quirúrgico y coordinador de este área en el hospital de Son Espases, lo explica en una misiva para denunciar su caso remitida al sindicato médico de Balears (Simebal).

«Cumplí 65 años el mes de marzo pasado. Un hecho que el departamento de Recursos Humanos de Son Espases me recordó en una carta en la que me solicitaba, de forma imperiosa, un informe de vida laboral. Pues bien, el certificado que obtuve del Instituto Nacional de la Seguridad Social dictamina que en marzo de 2024 cumplí 36 años y 6 meses trabajados. Esto significa que, para poder jubilarme con el 100% de la pensión, he de continuar trabajando un año y medio más hasta cumplir 38 años cotizados», comienza.

«Y he aquí el motivo de mi cabreo, pues la Administración no tiene en cuenta que a lo largo de mi vida hospitalaria he hecho infinidad de guardias que, sumadas, representan varios años de trabajo incesante. Trabajo cuyos rendimientos, por cierto, han tributado religiosamente. Esos años de incontables guardias, sin embargo, no existen, no cuentan para nada y se perderán en el pasado como lágrimas en la lluvia», lamenta parafraseando el famoso monólogo del replicante en la pelicula Blade Runner.

Contactado por este medio de comunicación, el doctor Valdivia confirma todo lo expuesto y considera «delirante» que los dos o tres años que calcula que supondrían el tiempo de trabajo realizado durante las innumerables guardias médicas que ha cubierto a lo largo de treinta y dos años de actividad asistencial no computen para su jubilación.

Trabajo sin parar

«Y te puedo asegurar que en las guardias médicas de un hospital se trabaja sin parar, no hay momentos para la relajación. Por eso es delirante que, pese a que he cotizado religiosamente por todo el dinero extra que he recibido por realizarlas, ahora compruebe que ese tiempo trabajado no compute para poder jubilarme con la pensión máxima a la que tengo derecho», reitera.

Este profesional que realizó la residencia para obtener la especialidad de Anestesiología en Córdoba y que ha trabajado en el hospital General, un año en el de Son Llàtzer nada más ser inaugurado para terminar su carrera primero en Son Dureta y ahora en Son Espases, revela que después de 32 años realizándolas, dejó de hacer guardias porque sufrió un infarto.

El facultativo justifica el por qué de su carta-denuncia: «Para trasladar la indignación, teñida de impotencia, que produce el trato ignominioso al que nos somete la Administración, así como el agravio que padecemos los médicos hasta el último momento, especialmente cuando nos comparamos con otras profesiones menos arrastradas que la nuestra. Se podría decir, parafraseando a Cela, que nuestra vida se parece a la de las putas: también es una dignísima forma de mala vida».

Suscríbete para seguir leyendo