Los diputados críticos con la dirección de Vox Baleares controlan a la mitad de los pueblos donde tienen representación

Hace meses que en los municipios de Mallorca se escuchan voces discordantes con la dirección autonómica de Vox y la cúpula del partido. Ahora, con la crisis institucional, salen a la luz. Una buena parte de los concejales de la formación se muestran descontentos con los máximos dirigentes de Vox en Balears, ya no solo con la líder, Patricia de las Heras, sino con todo el Comité Ejecutivo Provincial (CEP), el órgano más importante del partido en las islas. Si después de esta crisis Vox ha quedado dividido en dos frentes, hasta la mitad de los municipios de la part forana en los que tiene representación se muestran afines a la línea de los cinco diputados críticos.

Algunos regidores toman parte y se muestran claramente a favor de ellos, y otros son más cautos. Los que se ven en una situación más comprometida son los que forman parte del equipo de gobierno, por si la tensión llega a afectar a la estabilidad de su pacto con el Partido Popular en el Consistorio.

El líder de Vox en Alcúdia, Juan José Sendín, ya ha garantizado que eso no va a ocurrir: «Nuestro pacto con los demás grupos que conforman el gobierno municipal es sólido y permanecerá intacto a pesar de las turbulencias en el Parlament», aseguró ayer en una nota de prensa que remitió a los medios después de respaldar públicamente a los cinco diputados que expulsaron a Patricia de las Heras y Gabriel Le Senne del grupo parlamentario. Sendín, al igual que otros regidores, asegura que se debe a la «lealtad» hacia sus electores, independientemente de las dinámicas políticas a nivel regional.

Los tres concejales de Vox en Calvià también se ven en una situación especialmente comprometida. Aunque no han querido ofrecer declaraciones, el grupo que encabeza Esperanza Catalá está estrechamente vinculado a Idoia Ribas, la líder de los diputados críticos que en su día lideró la lista electoral del municipio. Además, su hermana, Esther Ribas, es la jefa de la Policía Local de Calvià.

La situación de Bunyola es la más afectada: la única regidora es María José Verdú, una de las cinco integrantes del grupo parlamentario que ha echado a la líder de Vox y al presidente del Parlament. Aunque si la expulsión de Verdú del partido se hace efectiva, tiene la opción de mantener su acta como regidora no adscrita. En este municipio ocurre al contrario que en Marratxí, uno de los municipios afines a los oficialistas al estar liderado por Pedro Bestard, también vicepresidente del Consell y miembro de la cúpula de Vox Balears. Llucmajor es el cuarto municipio en el que Vox gobierna con el PP y también sigue la línea de los oficialistas.

En Algaida, el concejal Miguel Martínez admite que la capacidad de liderazgo de Patricia de las Heras es «menor» que la de su predecesor, aunque se muestra prudente y matiza que el CEP «siempre ha estado» cuando lo ha necesitado, pero con un «trato más indirecto» y menos cercano. En cambio, Toni Rodríguez, el regidor de Campos, coincide con otros concejales como los de Esporles, Lloseta o Santa Maria: «No hay apenas diálogo con la cúpula, nos escuchan poco. Si expulsan a los cinco diputados será una decisión difícil quedarme, me parecerá injusto pero tengo un compromiso con los votantes», razona.

La crisis en Vox amenaza no solo al Parlament, sino también a por lo menos ocho municipios en los que la formación queda huérfana si sus representantes tiran la toalla. En otros pueblos, como Manacor, Santanyí, Felanitx o Andratx, el apoyo de los regidores está asegurado.

Vox mantea a Prohens

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