Una empresa de desokupación en Palma: «Solo hemos venido porque el edificio está en peligro de derrumbe»

La empresa de desokupación contratada por un vecino intenta «deshauciar ilegalmente» a las dos familias de Son Oliva

A la izquierda, los empleados ‘desokupas’; a la derecha, miembros del Sindicat d’Habitatge, ayer.

A la izquierda, los empleados ‘desokupas’; a la derecha, miembros del Sindicat d’Habitatge, ayer. / N.Cuéllar

Nair Cuéllar

Nair Cuéllar

La empresa de desokupación contratada por un vecino para desalojar a dos familias de su finca se personó este martes, a primera hora de la mañana, en la calle Joan Burgués Zaforteza para lograr su cometido. Sin embargo, la perseverancia del Sindicat d’Habitatge de Palma (SHP) y la presencia de la Policía Nacional pusieron fin a su plan.

Todo empezó el lunes, horas después de que miembros de la plataforma advirtieran de la intención de un vecino del barrio palmesano de Son Oliva-Plaza de Toros de echar a los okupas de dos viviendas para «rehabilitar y poder vender su piso sin impedimento». Según contó ayer a este diario el sindicato, a las 21 horas, empleados de la compañía en cuestión acudieron al edificio y advirtieron a los afectados de que al día siguiente [por el martes] «les echarían de sus casas».

Tras ‘el aviso’, el sindicato se puso manos a la obra y este martes a las ocho de la mañana se personó en la finca. Ante su sorpresa, tres empleados de la empresa de desokupación ya se encontraban en la finca y trataban de desalojar los inmuebles. «Cuando hemos llegado estaban tocando a la puerta de los pisos y les estaban extorsionando», explicó ayer la plataforma ante la atenta mirada de los desokupas. Según relató, bloquearon el acceso y la salida del edificio e instaron a las familias a salir de los pisos, además de decirles que si lo hacían «firmarían un contrato para la casa. Es decir, cualquier cosa para que desalojaran las viviendas y desahuciarles ilegalmente».

El sindicato, ya allí presente, explicó a la empresa que «lo que estaban haciendo era completamente ilegal» y posteriormente se personó la Policía Nacional, que «corroboró que la empresa no tenía ningún tipo de documento» para llevar a cabo las acciones que pretendían y le instó a abandonar el lugar bajo la amenaza de que si volvía a actuar tomarían medidas. Tras la intervención de los agentes, los empleados desokupas abandonaron el portal, pero permanecieron durante horas a tan solo un par de metros.

El Sindicato, temiendo que pese a la advertencia policial la empresa entrara de nuevo en el edificio, decidió quedarse a defender a los afectados.

«Un edificio muy deteriorado»

Los empleados contratados por el propietario de una de las viviendas de la última planta -que no reside en la finca- aseguraron a este diario que su presencia en el edificio se debía únicamente a que la construcción «se encuentra en peligro inminente de derrumbe». Señalaron que un arquitecto del Ayuntamiento de Palma había determinado que la edificación «está muy deteriorada» y que solo estaban allí a la espera de que su jefe les dijera «si podemos empezar con el control de acceso o tienen que ser las autoridades las que actúen ante el peligro que supone la finca».

Durante toda la mañana se llevó a cabo un ‘pulso’ silencioso entre el sindicato y los desokupas. Ninguno se iba. Finalmente, a las 14 la empresa decidió retirarse.

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