Hans Lenz, presidente de la Asociación Balear de Inmobiliarias Nacionales e Internacionales: «El mallorquín debe asumir que no hay un extranjero para cada vivienda»

«El mallorquín debe asumir que no hay un extranjero para cada vivienda», advierte el presidente de la Asociación Balear de Inmobiliarias Nacionales e Internacionales (ABINI), Hans Lenz, en relación a la pretensión de muchos propietarios de poner en el mercado sus inmuebles a un precio muy superior al que puede pagar una familia local pensando que va a lograr venderlo a un extranjero como segunda residencia. Porque en relación a la situación actual del mercado, subraya que se está en una fase de caída en las adquisiciones por parte de ciudadanos de otras nacionalidades y de ajuste a la baja en el valor de esas propiedades.

Hanz Lenz diferencia la situación de dos tipos de demanda. La denominada de lujo se mantiene sin mostrar señales de debilidad debido a que se trata de un cliente de un elevadísimo poder adquisitivo que no suele verse afectado por los problemas de la economía, pero se trata también de una persona que demanda residencias de muy elevada categoría y en muchas ocasiones de primera línea de mar, lo que hace que su peso sea minoritario.

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Zona de descenso

Con carácter más general, se encuentra el extranjero de clase media-alta y alta que busca inmuebles con un valor situado entre uno y tres millones de euros, y es en este segmento donde aparece con mayor potencia el descenso en las operaciones de compra-venta.

En este sentido, Lenz recuerda que la adquisición de viviendas de Balears por parte de extranjeros cayó un 31% durante el primer trimestre de este año (el mayor recorte del país), mientras que durante el segundo trimestre esa bajada fue del 28%. Aunque todavía no se dispone de los datos del tercer trimestre, señala que el Instituto Nacional de Estadística (INE) cifró en un 38% la bajada de estas operaciones (en su conjunto, no solo a extranjeros) durante el mes de agosto, de nuevo la más acentuada de España.

El presidente de ABINI pone de relieve que la economía europea está mostrando claras señales de debilitamiento, a lo que se suma la creciente dificultad para acceder a un crédito, aspectos ambos que explican que la demanda para contar con una residencia en las islas esté cayendo entre el citado segmento de la población que no busca una villa de lujo pero sí un inmueble cuyo precio no supere los tres millones de euros.

Ajuste de precios

Eso explica también que ante la creciente dificultad a la hora de encontrar un comprador, ya se esté detectando que muchos propietarios optan por rebajar sus pretensiones económicas a la hora sacar al mercado su vivienda.

Además, Hans Lenz insiste en la necesidad de asumir qué tipo de propiedad se tiene y si es preferible que ésta se dirija a un cliente residente, aunque el beneficio sea más reducido.

En este sentido, subraya el grave problema de acceso a una residencia que existe en el archipiélago, y pone en valor las primeras medidas adoptadas por el Govern al igual que las que se esperan a través de una nueva ley balear de vivienda.

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