Borrasca Ciarán en Mallorca: Bañistas desafían al temporal y a la bandera roja en la playa de Can Pere Antoni de Palma

Pese a las rachas de 58 kilómetros por hora y el fuerte oleaje, algunos ciudadanos se dieron ayer un chapuzón en una de las playas urbanas más populares de la ciudad

La prohibición de circular por el paseo peatonal del Paseo Marítimo para evitar golpes de mar y el riesgo de desprendimientos de palmeras no se cumple

Miguel Vicens

Miguel Vicens

Pese al fuerte oleaje de poniente y las rachas de 58 kilómetros por hora en Palma, algunos bañistas han desafiado este viernes los efectos de la borrasca Ciáran en Mallorca para darse un chapuzón en la playa de Can Pere Antoni, en la que desde el pasado 1 de noviembre ya no hay servicio de socorristas, al igual que en el resto de las playas urbanas de Palma.

Pese al día especialmente desapacible y el bajón en las temperaturas, muchos bañistas no hay querido faltar a su ritual diario de bañarse en el mar. Y se han dado el baño en la orilla e inmediatamente han abandonado el mar. Sin embargo, otros se han dado el chapuzón para probar su habilidad con la fuerza de las olas, para dejarse arrastrar por ellas de nuevo hasta la orilla o incluso para hacerse una fotografía con el fuerte temporal de fondo.

Un bañista en la playa de Can Pere Antoni

Un bañista en la playa de Can Pere Antoni / Miguel Vicens

Can Pere Antoni es una playa de bajos fondos con corrientes traicioneras, donde en días con oleaje se crean corrientes que pueden asustar a banistas experimentados. Ocurrió un episodio de estas características el pasado 31 de octubre, cuando los tres hijos de una familia alemana, de edades comprendidas entre los 8 y los 11 años, se lanzaron al mar y una corriente los alejó de la orilla, lanzándose posteriormente sus padres para rescatarlos casi sin saber nadar, lo que motivó un rescate de los socorristas que prestaban servicio en el arenal.

El Consell de Mallorca cerró el jueves el paso peatonal del Paseo Marítimo, desde el edificio de la Autoridad Portuaria de Baleares hasta el Palacio de Congresos, pero el paseo, pese al viento y los golpes de mar que lo azotan, sigue siendo muy transitado estos días.