Un testigo dice que empresarios de Magaluf pagaban 3.000 al mes a Navarro

Uno de los denunciantes afirma que «acoso policial» acabó cuando el jefe de Policía fue detenido

Otro empresario se desdice de sus imputaciones y desliza que la jueza y el fiscal tergiversaron sus palabras

Los acusados, durante el juicio.

Los acusados, durante el juicio. / B. RAMON

Marcos Ollés

Marcos Ollés

Una antigua empleada de los dos empresarios de Magaluf acusados de sobornar al entonces jefe de la Policía Local de Calvià, José Antonio Navarro, asegura que entregaban cada mes 3.000 euros al mando policial. La testigo explicó en el juicio que este dinero, que ella misma gestionaba, era supuestamente por los trabajos de gestoría que el propio Navarro y Antonio Ledesma llevaban a cabo para ellos, pero consideró «desorbitada» esta cantidad y deslizó que podía obedecer al trato de favor que recibían estos empresarios. En este sentido, añadió que los locales de Magaluf para los que trabajó recibían de forma habitual preavisos de las inspecciones que iban a recibir. También señaló que mientras ellos eran multados «dos o tres veces al año», los negocios de la competencían recibían «tres sanciones cada día». 

En la segunda sesión del juicio contra Navarro, Ledesma, los dos empresarios y dos agentes de la Policía Local de Calvià, uno de los empresarios de la zona que denunció las corruptelas se desdijo de buena parte de sus acusaciones. Alejandro Jara negó tener conocimiento del pago de sobornos a Navarro y aseguró que sus declaraciones en el juzgado en 2014 -ante la magistrada Carmen González y el fiscal Miguel Ángel Subirán- fueron tergiversadas. Tras revisar el contenido de su declaración, afirmó que muchas cosas ni siquiera las dijo y acabó atribuyendo a Subirán una amenaza de acabar en prisión. El tribunal anunció que valorará deducir testimonio contra él ante las sospechas de que ha mentido durante el procedimiento judicial. 

Otro de los empresarios que denunciaron las supuestas prácticas corruptas de la Policía Local de Calvià afirmó que el «acoso policial» a sus negocios en Magaluf se acabó cuando Navarro fue detenido y encarcelado en 2014. Según su versión, durante años sufrió actuaciones policiales arbitrarias y pagó importantes sanciones económicas. «Todos los días intentaba intimidarme la Policía», explicó. Añadió que se quejó de esta situación ante Navarro, que le llamó «mentiroso», y que tras esta reunión sufrió represalias, como una inspección en un hotel durante una gran fiesta.

En la sesión del jueves comparecieron también dos policías locales que aseguraron que nunca se levantan actas ni se documentan los prácticas con perros adiestrados para localizar drogas.