Mateu Picornell Cladera: «Hay mallorquines comprando casas en Soria o en el Pirineo»

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Demasiada gente?»

Sí, saturadísimos. Superamos la capacidad de acogida y de carga, de turistas y residentes, debido a las necesidades que crea el turismo. Nos sobra trabajo.

¿Demasiado calor?

Lo decimos cada año y es más o menos el mismo, salvo que este calor quema, se nota en las plantas.

¿Habrá una migración térmica al Cantábrico?

Conozco casos reales de mallorquines que compran casas en el Pirineo o en Soria, porque son mucho más baratas y para disfrutar de veranos más suaves.

En esos sitios no hay playa.

Aquí tampoco se puede ir a la playa, yo no voy. Los turistas se concentraban antes en sus reductos, hoy se mueven por todo.

¿La conselleria de Turismo es una gestoría hotelera?

Una gestoría de los actores económicos del turismo. El error es conceptual. El turismo es una actividad social, un servicio patrimonio de todos que debería desdoblarse en Medio Ambiente y Economía. En cambio, se concibe como un factor de producción, donde solo caben las empresas.

¿Le decepcionó el Pacto de Progreso turístico?

Ha sido una conselleria de carácter económico y sin norte, no me ha convencido.

El PP ni siquiera sabe por dónde empezar.

Sorpresa, mantendrá la ecotasa después de haber sido enemigos acérrimos del impuesto. Estadísticamente seguirán por el camino de costumbre. No creen en la reducción y predican más promoción, más cruceros, abrir nuevos mercados.

En RIU trabajó con Aurelio Vázquez, ¿sería un buen conseller?

Conviví mucho con él. En RIU demostró su gran valía profesional. Ideológicamente, todos sabemos por dónde va. No nos convendría como conseller.

Se llama ecotasa aunque usted discuta el término.

Es un impuesto en vez de una ecotasa, que debería ser un canon con una finalidad concreta, para evitar que sigamos subvencionando a los hoteleros con nuestros impuestos.

¿El presidente de sus arquitectos técnicos abomina contra «la obsesión por la protección»?

Hoy corre más peligro jurídico la propiedad pública que la privada, y de esto no se habla. La indefensión del patrimonio común se rige por la ley de captura, «Si no lo hago yo, lo hará otro».

Y vaya si los hoteleros lo hicieron.

Se lo hemos dejado hacer, no lo hemos defendido. Dicen que nos sacaron de la miseria, pero no lo creo. Sin turismo, haríamos otra cosa, tal vez fabricaríamos chips.

Habla de PP/Vox en su último artículo en este diario, «no accepten la nostra llengua mare».

Hoy me he fijado en un detalle en el autobús, ya ponen «Parada solicitada» en castellano.

¿Hablaba con Luis Riu padre en catalán?

Siempre hablábamos en catalán. Cuando estaba delante su hija Carmen Riu, entre ellos se expresaban con la fonética de Girona, y los dos hijos hablaban mallorquín con fluidez y naturalidad con nosotros.

¿En las ferias se pierde el tiempo y el dinero?

Exacto, porque pagamos nosotros con dinero público. Se difunde además la imagen equivocada. En una feria donde participaron Claudia Schiffer y Michael Douglas, lo que más se vendió fue el todo incluido.

¿Los turistas vienen por Rafel Nadal?

Piensan que todos los mallorquines jugamos al tenis. No creo en estas imágenes más propagandísticas que promocionales. Funciona mejor el boca-oído, por parte de los turistas que han visitado una zona. Nadie publicita Magaluf, pero van porque saben lo que encontrarán, y no hemos podido erradicar la degradación del turismo familiar a abrevaderos de cerveza.

¿Su ‘Guia del Vot’ del 28M sirve también mañana?

Y tanto, solo pido que reflexionen y hagan memoria. Prohibiría las campañas, un purgante lleno de insultos.

Se va al ensayo de la Capella Mallorquina, ¿de voz cómo andamos?

La mantengo, me flaquearán antes las piernas que la voz. Empecé a ir a clases de canto en 2007, al jubilarme.

¿Veremos el fin del turismo?

Menuda pregunta. No me quedan demasiados años, pero vamos a un turismo cada vez más destructor del turismo. Los atractivos iniciales ya han desaparecido, aquellos almendros en flor de la Suiza del Mediterráneo. Estamos en la artificialización, como la falsificación de la Playa de Palma.

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