Los Jesuitas piden perdón y admiten las graves secuelas de la mallorquina violada

El superior de Montesión condena «el grave sufrimiento personal y psíquico ocasionado» por Luis Añorbe y Fernando Meseguer y censura que se prevalecieran de «una persona vulnerable»

 Al primero se le ha prohibido ejercer el sacerdocio de por vida

Fachada de la iglesia de Montesión, en Palma. |  B. RAMON

Fachada de la iglesia de Montesión, en Palma. | B. RAMON / Andrés Martínez

Andrés Martínez

Andrés Martínez

La Compañía de Jesús admite los abusos y agresiones sexuales a una mujer mallorquina a lo largo de tres décadas cometidos por dos de sus sacerdotes, Fernando Meseguer y Luis Añorbe, mientras estuvieron destinados en la comunidad de jesuitas de Montesión, en Palma, y que ayer desveló Diario de Mallorca. La orden religiosa pide perdón públicamente a la víctima, de unos 50 años, y admite también «el grave sufrimiento personal y psíquico ocasionado por los religiosos». Con todo, mantiene en su seno a los dos jesuitas, ya que ninguno de ellos ha sido expulsado.

La mujer padece un grave trastorno psíquico que ha derivado en una incapacidad del 68% y la invalidez permanente para poder trabajar. Su enfermedad se habría generado a raíz de los abusos sexuales de los que fue objeto en su infancia presuntamente cometidos por su padre, y que conocían y agravaron los dos jesuitas.

En un comunicado difundido ayer, bajo la firma del mallorquín Javier Monserrat, actual superior de Montesión, los Jesuitas expresan su «rotunda condena por los abusos cometidos en el pasado por miembros de la orden cuya labor precisamente debería haber sido proteger a una persona vulnerable, vinculada a nuestras congregaciones marianas y a la coral de nuestro centro educativo». «Pedimos perdón a la víctima no solo por el grave sufrimiento personal y psíquico ocasionado por los religiosos sino también por no haber sabido proteger a una joven vinculada a nuestra pastoral», prosigue la nota.

La mujer abusada denunció en 2021 a Meseguer y Añorbe ante el Tribunal eclesiástico de Mallorca, que a su vez derivó el caso a la Compañía de Jesús. Tras una investigación interna, los Jesuitas señalan que a Añorbe «se le ha impuesto un precepto penal por el que adquieren firmeza las medidas cautelares» adoptadas en su momento, y que son: «La restricción de movilidad, limitación completa de su actividad pastoral, prohibición de actividades con menores y adultos y obligación de ser sometido a una evaluación psicológica». Es decir, el jesuita tiene prohibido de por vida el ejercicio del sacerdocio pero sigue siendo jesuita.

Pendiente de sentencia

En el caso de Meseguer, «se está a la espera de resolución» por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el órgano del Vaticano que resuelve las denuncias por pederastia y otros delitos sexuales en el seno de la Iglesia católica. Precisamente, el cardenal y jesuita mallorquín Luis Ladaria está al frente de este ‘ministerio’ de la Santa Sede, y ayer se conoció que será relevado en septiembre.

Tras un intenso trabajo terapéutico, la víctima también ha decidido ahora interponer una denuncia penal contra los dos jesuitas y un tercer sacerdote diocesano al que también acusa de haberla abusado. «Ante la demanda interpuesta por la víctima, nos ponemos a disposición de la Justicia ordinaria para lo que desee requerirnos», señala el citado comunicado por los Jesuitas.

De 1985 a 2021

Fernando Meseguer es un jesuita que formó parte de la Congregación Mariana en el Colegio Montesión. Entre otras actividades dirigía el coro, espacio en el que coincidió con la víctima a partir de 1985, cuando esta tenía 15 años. Al entablar confianza con ella, la adolescente compartió con el sacerdote los abusos sexuales de los que presuntamente era objeto por parte de su padre. Lejos de ayudarla, el capellán habría incurrido en los mismos hechos siendo la víctima menor de edad.

Según el testimonio de la misma, los abusos sexuales se habrían producido dentro de la propia iglesia de Montesión, cuando Meseguer le invitaba a tocar el órgano ya que a ella le gustaba mucho la música. «Apagaba las luces del órgano, lo tapaba y me hacía introducirme en una minúscula salita al lado. Era la del órgano pequeño de la cripta de San Alonso», detalla la mujer.

Otro de los espacios en los que presuntamente Meseguer abusó de la víctima fue en su despacho de la calle Montesión, aprovechando la oscuridad de la noche para que no les viera nadie. «Si nos encontrábamos con alguien al salir íbamos a la salita oficial de visitas y hablábamos de problemas familiares o de estudios», declara. Los abusos también se produjeron supuestamente en el despacho que tenía Meseguer en el colegio de los jesuitas ubicado en Son Moix. A pesar de que posteriormente Meseguer abandonó la isla, supuestamente continuó hasta el 2021 enviándole mensajes de WhatsApp para que le enviara fotos de su cuerpo desnudo.

Campamento con niños

Por otro lado, el jesuita Luis Añorbe fue profesor de religión, física y química, matemáticas e informática en Montesión desde el año 1976 hasta 1988. Además, también fue Delegado de Pastoral de Educación Primaria en el centro desde 1990 hasta el 2003.

En su caso conoció a la víctima en 1988 en la Congregación Mariana. Al principio le invitaba a desayunar en algún bar de Son Rapinya, explica la mujer. Al igual que en el caso de Meseguer, el jesuita conocía los supuestos antecedentes familiares, utilizando su vulnerabilidad para, según explica la víctima, abusar sexualmente de ella. En este sentido, Añorbe agredió presuntamente a la víctima en el mismo despacho de Son Moix que empleaba Meseguer.

Otro de los escenarios donde la denuncia sitúa los hechos es en el campamento del Padre Montalvo. Según aporta la denuncia eclesiástica, Añorbe la agredió sexualmente mientras ella estaba en la habitación con niños de entre uno y siete años. «Me obligó a tener relaciones con él. Aún me ahogo pensando en esa noche».

Con el paso del tiempo, Añorbe. se marchó de Mallorca. A pesar de ello, el jesuita también habría pedido fotografías y vídeos de carácter sexual a la víctima hasta el año 2020, en el que se acabaron las conversaciones.

La Compañía de Jesús no quiere precisar donde residen actualmente los dos jesuitas, aunque se conoce que después de Mallorca Meseguer estuvo en Gandía, y Añorbe en Huesca. La noticia de los abusos ha causado un gran impacto y conmoción entre muchos ex-alumnos y la comunidad educativa ligada a Montesión. Tras la información publicada por este diario, los jesuitas pidieron perdón a través de esta nota.

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