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La falta de productos higiénicos puede retrasar la apertura de hoteles en Mallorca

La industria química advierte de las consecuencias si la carencia de materias primas se prolonga dos semanas más - Tras lo vivido con el paro del transporte, reclama que se blinde y garantice la llegada de desinfectantes y otros elaborados esenciales

Vista de las piscinas del hotel Valparaíso, en Palma. Manu Mielniezuk

Los camioneros han vuelto a la actividad, pero la situación en las cadenas de distribución dista mucho de ser la ideal: la falta de materias primas y el elevado precio de los combustibles y la energía continúan azotando al mercado, afectando a todos los sectores. En este sentido, las industrias químicas de las islas advierten de que si en dos semanas la situación no mejora, habrá hoteles que no podrán abrir ante la falta de productos y materiales higiénicos, imprescindibles para cumplir con los estándares de seguridad y salubridad exigidos.

 «Hemos tenido suerte de que la tormenta perfecta no ha tenido lugar con toda la planta hotelera abierta, en ese caso habríamos tenido un grave problema de salud pública y de suministro para la abrir los hoteles», señala Joan Puig, presidente del Clúster de la Indústria Química de les Illes Balears (CLiQIB). 

Ahora, advierte, entre el 15 de abril y el 15 de mayo se prevé que todos los hoteles abran y si la situación de materias primas no ha mejorado «habrá algunos que no podrán abrir». Para algunos productos, como los skimmers de las piscinas, la lista de espera en toda España es de meses. O te has puesto ya a la cola, o ya no llegas ni al verano. Por eso, desde estas industrias han insistido a los grandes propietarios que hagan las comandas con antelación, aunque aun así se topan con un cuello de botella que no acaba de desatascarse. Y todo se produce en un momento en que se están produciendo muchas reformas y mejoras y se demanda mucho material. 

«Hay hoteles que cerraron en 2019 y que por la covid no se han vuelto a poner en marcha hasta ahora y después de tanto tiempo se encuentran con los filtros de las piscinas y del agua totalmente deteriorados, necesitan cambiarlos por salubridad, los piden, pero para algunos filtros les dan una espera de seis meses», narra Puig. Así que o abrirán con la reforma en marcha o no abrirán, cree: «Vamos a contrarreloj, y no vemos una solución para mañana ni pasado mañana».  

También hay un cuello de botella en la demanda de productos derivados de la celulosa, como el papel higiénico, ya que las fábricas pararon debido al elevado precio del gas. No va a haber desabastecimiento porque las plantas han vuelto a producir, señala Puig, pero los almacenes de la isla están «en números rojos». Los establecimientos hoteleros tendrán producto pero seguramente no podrán elegir y tendrán que conformarse con lo que haya.  

El clúster químico reclama que para evitar llegar a situaciones tan frágiles como la actual, que pueden suponer un problema de salud pública y poner en jaque la temporada turística, es necesario que se «proteja y garantice» la llegada de determinados productos a las islas. Hablamos de productos cruciales como el alcohol o el oxígeno que se usa en los hospitales; el hipoclorito sódico necesario para la red de aguas; el ácido clorhídrico para regular el PH; desinfectantes para empresas que manipulan alimentos... Son «esenciales», pero en casos de paros en el transporte como el vivido recientemente su llegada no está garantizada y ni siquiera se considera prioritaria como pasa con los productos perecederos.  

LAS CLAVES

Falta de materias primas

La cola para recibir determinados productos necesarios por higiene y salud (como filtros para las piscinas) es de meses. Hay un cuello de botella que no se alivia. 

Costes «disparados»

El coste del transporte se ha multiplicado hasta por seis en algunos casos; el de la producción (por el precio de la energía) se ha disparado y también ha subido (casi un 50%) el precio de los envases. 

No garantizada la llegada de productos esenciales en caso de paros 

La llegada de productos como el oxígeno o el alcohol que se usa en los hospitales o el hipoclorito sódio que se usa en la red de aguas no está garantizada en caso de paros en el transporte como el vivido recientemente.

De normal, cuando no hay paros, el transporte de mercancías ya es complicado (y encima ahora, más caro que nunca: el coste de traer un contenedor de China se ha multiplicado por seis; los fletes para traer mercancías peligrosas han subido un 50%...).  

Ahora mismo únicamente tienen lugar dos viajes semanales de mercancías peligrosas entre Barcelona y Palma cuando hace tres años había entre cuatro y cinco traslados a la semana. 

Las empresas que forman parte del Clúster, que emplean a unas 2.500 personas y tienen una facturación agregada de 375 millones (dato prepandémico) también claman al Govern para que ponga en marcha «ya» las convocatorias de ayudas para la innovación y la circularidad en el sector turístico.

Advierten de que la «escandalosa» subida de precios en el sector (productos como la sosa cáustica, el ácido cítrico o reductores de PH han multiplicado su precio por 4, 5 y 2,5 respectivamente) recortará los márgenes comerciales de las empresas químicas y también de las turísticas, lo que se traducirá en ajustes y un freno a las inversiones. Desde el Clúster temen que se frene el impulso innovador y el salto a la eficiencia. Por eso, piden al Govern que lance ya las convocatorias de ayudas y fondos europeos para no desaprovechar esta oportunidad transformadora para avanzar en eficiencia. 

«La ley de residuos y la ley turística ponen el marco y prometen un dinero para hacer unas implementaciones y el Govern ha de poner este dinero encima de la mesa ya en forma de convocatorias», urge Joan Miquel Matas, director del CLiQIB, que pide también que, dado el contexto actual, se haga presión para facilitar el acceso a las subvenciones sin los topes marcados por la Unión Europea y su normativa de mínimos.

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