El contingente más numeroso de refugiados ucranianos ha llegado a Mallorca a primera hora de la mañana. Un total de 73 personas, 42 de ellos menores, que huían de la guerra en su país, han desembarcado sobre las 6:00h en el Puerto de Palma.

Llegan a Mallorca 73 refugiados ucranianos tras recorrer miles de kilómetros en autobús y furgonetas

Llegan a Mallorca 73 refugiados ucranianos tras recorrer miles de kilómetros en autobús y furgonetas DM

Los ucranianos han llegado conducidos por catorce voluntarios mallorquines que el pasado viernes salieron de la isla con cuatro furgonetas y un autocar. Transportaron un cargamento de ayuda humanitaria a la frontera y de regreso han ido recogiendo a decenas de ucranianos que han huido de la guerra en su país por diversas ciudades y centros de acogida en Polonia y Hungría.

Raúl López, uno de los voluntarios del convoy humanitario, asegura que durante la expedición ha visto a "miles de personas hacinadas en polideportivos", y continúa: "Hay cosas que no se pueden explicar con palabras. Lo más escalofriante del viaje ha sido el silencio. Tanta gente apiñada y apenas se escuchaba una voz, eso es lo peor", señala.

Bombero de profesión, es la segunda caravana en la que participa el voluntario para traer a mujeres y niños exiliados de la guerra. En esta ocasión, ha recibido el apoyo de la asociación Per Ells, que se ha encargado de gestionar buena parte de los acogimientos en la isla.

Hacia el final del viaje, quedaban todavía catorce personas de varios núcleos familiares por asignar en un hogar. Los voluntarios pensaban hacer una parada en Barcelona para dejar a los migrantes, pero no ha sido necesario: "Al final ha habido sitio para todos, gracias a muchas familias solidarias".

La de Raúl es una de ellas. Junto a su pareja, acogerá en su vivienda a una madre ucraniana con dos hijos de diez años y nueve meses: "Ahora tenemos tres hijos y dos mamás. Es maravilloso, cuantos más seamos, más reiremos", asevera emocionado. A partir del próximo lunes, la familia iniciará los trámites para registrarse como refugiados y obtener la documentación pertinente.

"Si fuera millonario, seguiría cogiendo autobuses y trasladando a exiliados por Europa, pero tengo que seguir trabajando porque ahora somos más en casa", dice Raúl, que tras su segunda expedición planea quedarse en Mallorca con su nueva familia.

En total, ha viajado 10.400 kilómetros contando ambas caravanas para ayudar a los refugiados. El combustible ha corrido de su cuenta: "Me he gastado unos 4.500 euros solo en gasolina".

Por su parte, la compañía Baleària ha cedido varios camarotes en los barcos de ida y vuelta. También han colaborado en este último convoy HotelBeds con la estancia y Transunion con un autobús y dos chóferes.

"Lo que se está viviendo allí no se puede explicar. Sentimientos, comentarios, sensaciones, olores, miradas... no se puede describir", concluye el voluntario, conmovido y exhausto tras el largo viaje a la frontera con Ucrania.