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Los jóvenes de Mallorca responden: «El peso de la vacunación recae sobre nosotros»

Cerca de 50.000 adolescentes en la franja de edad entre 16 y 29 años ya han recibido la primera dosis de la vacuna para hacer frente al aumento descontrolado de los contagios en Balears

Algunos jóvenes a la salida del centro de vacunación masiva en Son Dureta. | B.RAMON

«Si no frenamos la transmisión entre los adolescentes el impacto podría afectar a los más vulnerables que sólo disponen de una dosis». Los jóvenes vuelven a estar en el punto de mira por parte de la sociedad tras la explosión de contagios notificada en Mallorca durante las últimas semanas.

Un aumento de positivos vinculado a los botellones y al macrobrote de estudiantes originado en la isla, según detalló Javier Arranz, portavoz del comité de enfermedades infecciosas en Balears. Así, la incidencia acumulada en el colectivo de 16 a 29 años se sitúa en más de 850 casos por cada 100.000 habitantes, datos alarmantes que ya empiezan a provocar cierto colapso en los centros sanitarios de atención primaria.

«Es cierto que los jóvenes no suelen desarrollar síntomas graves, pero sí algunos leves como fiebre, tos o dolor de cabeza y ante esta situación, acuden a su centro de salud. Por eso no estamos viendo una saturación en los hospitales, pero sí en atención primaria, ya que tienen que atender a estos adolescentes, realizar cribados, rastreos. . . Resulta complicado llegar a todo», explica Jordi Reina, virólogo del Hospital de Son Espases.

Frente a este contexto, el Govern decidió adelantar la inmunización entre los más jóvenes, pidiéndoles un esfuerzo y responsabilidad para frenar la transmisión comunitaria a la que la mayoría ha respondido con creces. «Estoy contento y ya con muchas ganas de recibir la segunda dosis», afirma Jaume Ripoll, de 24 años, uno de los cerca de 50.000 jóvenes que ya han obtenido la primera pauta en Balears, lo que supone un 26% de esta franja de edad en la isla. En el caso de Mallorca, son en torno a 33.800 los que ya cuentan con una dosis.

Varios adolescentes vinculados al macrobrote durante su confinamiento en el hotel covid. | B.RAMON

Vacunación adelantada

«Es una de las mejores decisiones que ha podido tomar el Ejecutivo y es algo que estábamos pidiendo muchos porque ellos son los que más interacción social tienen. Verano, buen tiempo, los jóvenes quieren salir y los tenemos que proteger», relata el virólogo Reina. Entre nervios, esperanza y mucha ilusión, se han podido observar largas colas de jóvenes desde que arrancó la inmunización para todos los ciudadanos en los centros de vacunación masiva como el Polideportivo Germans Escalas, el Hospital Son Espases o Son Dureta, como es el caso de Abril Pizá, de 17 años.

«A mí me suelen dar miedo las vacunas, la sangre y las agujas, pero la verdad que ha sido todo muy rápido y no he sentido nada. Ha salido todo genial», asegura Pizá. Sensaciones positivas que también apunta Mateo Daniel, de 18 años: «Estoy mucho más tranquilo ahora con mis padres, ya no habrá tanto riesgo de poder contagiarme y pasárselo a ellos».

Así, gran parte de los jóvenes se muestran muy contentos con el adelanto de la vacunación en esta franja por el aumento de la incidencia en las islas. «Era necesario porque el número de positivos está subiendo por nosotros y qué menos que se acelere este proceso. Ahora mismo el peso de la vacunación recae sobre nosotros», asegura Andrea Gomis, de 29 años.

«Desde que empezó la pandemia siempre han dicho que los jóvenes éramos los que más contagiábamos pero a los que menos nos afectaba. Si los mayores ya están protegidos, ahora que nos vacunen a nosotros será muy positivo para todo el sistema sanitario», argumenta Pizá.

Sin embargo, hay algunos adolescentes que están molestos y decepcionados con el motivo por el cual se ha tomado esta decisión. «No me ha gustado nada la causa principal de este adelanto. Debería habernos tocado en relación al plan inicial de vacunación y no por los actos deleznables que se han visto en Mallorca», defiende Jaume Ripoll.

Abril Pizá.

Imágenes como las del concierto de reguetón en la Plaza de Toros o las aglomeraciones en los viajes de fin de curso han generado rechazo entre los propios jóvenes, ya que unos pocos están lastrando el esfuerzo de toda la sociedad durante un año, según relata Andrea Gomis.

Responsabilidad compartida

«Hay que ser muy inconsciente porque llevamos muchísimo tiempo para solucionar la situación. Ahora que estamos en pleno proceso de vacunación se estropea todo, me parece fatal». Un repunte de casos que afecta a la economía de Mallorca, señala la propia Gomis: «Estamos fastidiando la temporada turística y aquí casi todos vivimos de ello».

También hay quienes consideran injusto generalizar y vincular a todos los adolescentes de la isla con las aglomeraciones que se han producido, ya que estos sólo representan a un pequeño porcentaje de este colectivo: «Hay algunos a los que ya les da igual todo y hacen lo que quieren, pero la gran mayoría no tienen nada que ver y cumplen con todas las medidas sanitarias», sostiene Mateo Daniel.

Un punto de vista que comparte Pizá: «Como yo no soy de esa gente que sale a hacer botellones no me he sentido culpable, pero sí conozco gente que ha podido ser causante e incrementar los contagios en la isla».

Mateo Daniel.

En este sentido, respecto al aumento de contagios en Mallorca, el joven Jaume Ripoll considera que hay otros actores que han influido en la delicada situación actual, como son las instituciones públicas o la permisividad de los propios padres con los viajes de fin de curso.

«Al fin y al cabo son jóvenes y actúan como tal. Son el foco de atención ahora pero se debería señalar además, por partes, a los padres y a la Administración balear. En ambos casos se han equivocado mucho respecto a sus intereses», explica Ripoll.

Asimismo, el virólogo Jordi Reina también considera que la vigilancia por parte de las autoridades debería haber sido mayor: «Todos sabemos cómo se comporta la juventud y desde que se acabó el toque de queda están deseando salir a la calle. Los más adultos tendrían que haber previsto este tipo de situaciones y no sólo exigir medidas, sino hacerlas cumplir».

Más control

«Si no hay un control estricto por parte de los ayuntamientos y la Policía Local volveremos a tener lo mismo, la responsabilidad de las autoridades se basa en implantar medidas restrictivas para que esto no vuelva a ocurrir», expone Reina.

El propio sanitario no entiende por qué se permitió celebrar el concierto en la Plaza de Toros el pasado 15 de junio: «No sé quién era el responsable pero no se debería haber celebrado. De hecho, estoy convencido de que podría haber varios supercontagiadores coincidiendo con jóvenes que van de un grupo a otro y el virus se va expandiendo de forma muy rápida».

A pesar de que el número de positivos se hayan multiplicado, el propio Reina cree que esta nueva oleada podría remitir en las próximas semanas. «Se trata de un aumento en la transmisión circunstancial ante el macrobrote que también ha afectado a otras comunidades. Lo lógico es que vaya remitiendo».

Inmunización de grupo

Sin embargo, para que estos contagios, la mayoría con la variante Delta presente, se vean frenados, es fundamental concienciar a los jóvenes con la vacunación.

«Hay que apelar a su responsabilidad. Ellos han visto y han vivido las consecuencias de no estar inmunizado, como es la obligación de estar diez días en cuarentena sin poder ver a sus amigos. El mensaje que deben recibir es que si no se vacunan tendrán confinamiento, confinamiento y más confinamiento», sostiene el virólogo Reina.

Según indica Andrea Gomis, es fundamental lanzar un mensaje de compromiso a aquellos adolescentes que son reacios a vacunarse: «Tienen que pensar en sus mayores. Todos debemos aportar nuestro granito de arena para que esto acabe».

«Es una vacuna normal y corriente, no es nada malo. Al final puedes tener más libertad a la hora de salir con tus compañeros y evitar el riesgo de contagiar a gente o que te contagies tú y puedas contagiar a tus familiares», expone Mateo Daniel.

Desde la perspectiva de la joven Abril Pizá, es fundamental la vacunación para volver a la plena normalidad, incluido también en el ámbito profesional y educativo: «Hemos estado realizando muchas clases online y sería importante para los estudiantes volver a la formación presencial, especialmente para los que hacemos Selectividad».

De hecho, durante la semana pasada se vacunó a los alumnos residentes que el año que viene se marchan al extranjero dentro del programa Erasmus. El objetivo es que reciban la pauta completa antes abandonar la isla para que puedan vivir esta experiencia de una forma segura con el resto de sus compañeros.

En definitiva, la vacunación es un acto de solidaridad con el resto de las personas, tal y como concluye Pizá: « La sociedad necesita la ayuda de todos los sectores. Hay que animar a que todos se vacunen y podamos salir a flote, con una economía que pueda mejorar el próximo año».

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