La segunda oleada del coronavirus ha llegado antes de lo esperado y ha cogido a las autoridades sanitarias con el paso cambiado. La supervisora de enfermería de la UCI de Son Espases, Celia Sánchez, lo expresó con palabras: “No pensábamos que (la segunda oleada) iba a llegar tan pronto, la esperábamos para finales de octubre o noviembre. pero ya la tenemos aquí”, se resignó.

La situación asistencial todavía no es preocupante y, a tenor de lo ocurrido durante los meses más duros de la pandemia, no parece probable que esta comunidad se vaya a quedar sin camas de críticos en las que ingresar a sus pacientes más graves.

En una de sus múltiples comparecencias públicas, la consellera de Salud, Patricia Gómez, aportó una cifra tan esclarecedora como tranquilizadora. Esta comunidad, aunando los esfuerzos de su sanidad pública con su potente infraestructura sanitaria privada, puede disponer de 1.411 camas de hospitalización y de un total de 302 camas de UCI.

En lo más crudo de la pandemia, añadió, se llegó a tener 456 pacientes ingresados con covid en planta. Fue el pasado 4 de abril. El récord de ocupación de los boxes de pacientes críticos se produjo dos días más tarde: el 6 de abril se contabilizaron hasta 115 pacientes con covid-19 ingresados en estas unidades.

La situación asistencial de las UCI era ayer mucho más relajada. Según los datos ofrecidos por el Servei de Salut, ayer había un total de 65 personas ingresadas con covid en las diferentes unidades de críticos en la siguiente proporción: 25 en Son Espases; 17 en Son Llàtzer; 5 en el hospital comarcal de Inca; 3 en el de Manacor; 1 en el Mateu Orfila de Maó y otro en el de Can Misses ibicenco y, ya en el ámbito sanitario privado, Quirónsalud Palmaplanas tenía 6 pacientes con covid en la UCI, 4 la Policlínica Miramar y 2 la Policlínica Vilas de Eivissa.

Hay menos pacientes graves en estas unidades y su permanencia en ellas es más corta. Esta misma semana el portavoz del comité de enfermedades infecciosas, el doctor Javier Arranz, aunque mostró su preocupación por el aumento de los ingresos hospitalarios, destacó como dato positivo el menor tiempo de ingreso de los pacientes covid en esta segunda fase de la pandemia. 

De 25 a 16 días

Así, reveló que en la primera oleada el tiempo medio en la UCI era de 25 días y en planta de 12,5 jornadas. En esta segunda oleada la estancia media en la UCI es de 16 días y en planta de 6,5 días. Uno de los motivos puede ser que ha bajado la edad media de los pacientes que precisan de estos cuidados intensivos y el otro que ya se conoce mejor cómo se comporta la enfermedad y qué tratamientos se muestran más eficaces frente a este coronavirus.

La supervisora Sánchez corrobora esta apreciación pero lanzando al mismo tiempo un mensaje de advertencia a los que piensan que esta enfermedad, excepto para los más ancianos, es banal. “Es cierto que están menos días porque son pacientes más jóvenes y más fuertes, pero no dejan de estar graves”, advierte.

Otro asunto que preocupa a los responsables asistenciales de los hospitales es la falta de personal sanitario, sobre todo de enfermeras, para cubrir bajas y vacaciones. No es el caso de Son Espases. La jefa de enfermería se congratula de que pidió un refuerzo de 22 de estas profesionales en marzo que, asegura, se mantendrá mientras sea necesario.

“Tengo a 234 enfermeras bajo mi mando. Se necesitan muchas profesionales para cubrir tres turnos diarios de 22 enfermeras cada uno los siete días de la semana. Y también trabajan 12 técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE) por turno. Esta unidad (la UCI) es como una ciudad, como un minihospital”, subraya.

Celia Sánchez desmiente por tanto que la unidad de críticos de referencia haya tenido que recabar profesionales de enfermería de otros hospitales sino que, más bien al contrario, es la UCI de Son Espases la que ha tenido que acoger a pacientes críticos que ya no tenían plaza en otros centros sanitarios. 

Son Llàtzer, con problemas 

El hospital que sí está padeciendo la preocupante falta de personal sanitario que está afectando a todas las regiones del país es el de Son Llàtzer. Su director gerente, Francesc Marí, admitió en una conversación mantenida con este diario a comienzos de esta semana que andaban escasos de enfermeras y que eso les había obligado en las últimas tres semanas a hacer rotar a sus trabajadoras por los diferentes servicios médicos para cubrir huecos.

“Además, en las plantas destinadas a pacientes con covid se necesitan más enfermeras porque si las ratios habituales en una planta de hospitalización es de una enfermera por cada 12 pacientes, en el caso de la covid se precisa una por cada seis”, reveló Marí, que admitió que están dando prioridad a las UCIs a la hora de destinar enfermeras.

El día de la conversación, el lunes de esta semana, el centro que atiende a la población del Migjorn de Mallorca tenía a 55 pacientes covid en planta y a 13 en la UCI, cuatro menos que los 17 que ayer permanecían ingresados en sus boxes.

La capacidad máxima de camas de críticos de este hospital es de veinte unidades que se podrían ampliar con otras seis de reanimación. En los momentos asistenciales más duros de la primera fase de esta pandemia Son Llàtzer llegó a tener a 27 pacientes en UCI y a setenta y tantos, ya no lo recordaba bien Marí, ingresados en planta.