La Audiencia ha ratificado a través de tres autos, con similar argumentación jurídica, que el empresario Bartolomé Cursach y otros 23 acusados, sean juzgados por un presunto delito de cohecho, debido a las supuestas fiestas sexuales que se organizaban en la discoteca Tito's, en las que los invitados eran policías locales de Palma y respondían al agradecimiento que tenía el empresario por el trato de favor que venían recibiendo sus locales, con respecto a otros negocios de la competencia. "Ninguna objeción cabe hacer a la decisión del juez instructor de incoar la pieza separada para la investigación del presunto delito de cohecho relacionado con las prebendas, o dádivas, que en forma de servicios de prostitutas y de consumos gratuitos de drogas y alcohol, se ofrecían a distintos funcionarios de la Policía Local de Palma", señala la Audiencia.

El tribunal de la Sección Primera de la Audiencia ha desmontado el intento de Cursach para que se declarara nula la decisión del juez instructor, que abrió una pieza separada con el fin de que la investigación sobre estas supuestas fiestas se juzgara al margen de la causa principal.

El abogado del empresario se basaba en que, precisamente, la Audiencia ya había anulado una resolución del juez al incoar la pieza separada por falta de motivación. Sin embargo, este error fue inmediatamente resuelto y se volvió a dictar un nuevo auto, que en este caso sí fundamentaba las razones por las que se entendía que el caso de las supuestas fiestas en la discoteca de Cursach, además de otras prebendas a funcionarios, se debía juzgar como una pieza separada.

Otros dos recursos

Además de Cursach, hubo otros dos acusados que también recurrieron esta pieza separada. Uno de ellos fue Bartolomé Sbert, el ejecutivo del Grupo Cursach, y el otro era Tolo Capó, uno de los jefes de la Patrulla Verde de la Policía Local de Palma, que está acusado de graves delitos de corrupción. La Audiencia resuelve estos recursos, que pivotan sobre la misma argumentación, en tres autos distintos. Todos ellos son desestimatorios y los magistrados utilizan argumentos prácticamente idénticos para ratificar la decisión de que este caso se juzgue como una pieza separada. Creen, a diferencia de lo que sostenían las defensas, que esta situación no provoca ninguna situación de indefensión.

Los once policías locales que se sentarán en el banquillo de los acusados han sido identificados por varios testigos. Se trata de personas que no se conocían anteriormente, que no solo confirman la organización de estas fiestas con alcohol, droga y prostitutas gratis, sino que identifican, en líneas generales, a los mismos policías. La mayoría de estos agentes pertenecían al grupo que se encargaba de controlar los locales.