La portavoz del Govern, Pilar Costa, ha admitido esta mañana que la noche del 9 de octubre, cuando se produjo la riada mortal en Sant Llorenç, los operarios del 112 resultaron insuficientes para atender la avalancha de llamadas telefónicas que recibieron, si bien ha asegurado que "eso no significa que quedara gente desatendida porque el personal efectivo ya había acudido a la zona de la catástrofe, como lo demuestra que fueran asistidas 342 personas, de las que 54 fueron rescatadas de sus vehículos o domicilios particulares".

"Esa tarde hubo un alud de llamadas, se multiplicó por cuatro o cinco el número y con más de 2.000 llamadas se produjo un momento punta en el que no todas pudieron ser atendidas", ha dicho Costa tras el Consell de Govern al ser preguntada por este asunto. La portavoz del Ejecutivo ha afirmado que el operativo que estaba trabajando en el 112 en esa fatídica noche era el "necesario" para dar respuesta "a la situación que había decretada", en referencia implícita a la tardanza por parte de la AEMET en decretar la alerta roja, y que por las informaciones de las que disponía sí había un jefe de sala esa noche en el 112.

Costa ha considerado que, "sin huir" de la necesidad de analizar las cuestiones que "haya que mejorar", también hay que destacar "el trabajo que se hizo".

Por otro lado, en referencia a la posibilidad de crear una agencia balear de gestión de emergencias, Costa ha considerado que "antes de adoptar este tipo de decisiones" debe realizarse "un debate con serenidad" con el fin de "analizar lo que ha ocurrido y aprender de esta catástrofe para mejorar todo lo que sea mejorable".

"Sería una imprudencia por mi parte decir lo que se tiene que crear o no, cuando aún no ha habido tiempo de debatir con serenidad sobre lo que ha pasado y hacerlo con el componente téctino necesario", ha dicho Costa.