Entre las principales novedades de la reforma del servicio de urgencias, su responsable médico señaló que la zona de camillas, un área que admitió que habitualmente suele estar saturada, pasará de tener 12 a 24 plazas y que cuatro de ellas estarán monitorizadas para pacientes que sufran un agravamiento y precisen de una vigilancia más exhaustiva.

Pero seguirá habiendo camillas en esta zona asistencial. Pese a los planes iniciales de sustituir las camillas por acomodos más dignos, Comas desestimó ayer esta opción asegurando, tajante, que "no habra cambios en el circuito asistencial" y que la zona de camillas seguirá siendo un área diseñada para que el paciente pase en ella el menor tiempo posible. Aunque este espacio había sido diseñado inicialmente para albergar a unos doce pacientes durante un máximo de doce horas, Comas admitió que desde la realización de esas estimaciones la presión asistencial que padece su servicio ha crecido a un ritmo del 2,5% anual.

Esa es la causa por la que, dijo, normalmente en la zona de camillas se suele ubicar a muchos más pacientes de los doce para los que diseñó originalmente. Además, durante los picos asistenciales no es inusual que pasen allí hasta 48 horas frente al máximo de 12 que deberían permanecer en ella.

También se mejorará la intimidad de los enfermos atendidos en este área al sustituirse las actuales cortinillas por paneles de cristal. Aunque Comas precisó que la reforma no implicará un aumento del volumen de camas del servicio, sí recalcó que habrá más espacio y comodidad entre las camillas tanto para los usuarios como para los profesionales que les atienden.