Personas mayores, mujeres y niños durmiendo en el suelo en la cafetería, los pasillos y los accesos interiores de un buque en el que viajaban 749 personas.

Decenas del pasajeros del barco de la compañía Trasmediterranea que esta mañana ha llegado al puerto de Palma procedente de Barcelona han vivido esta madrugada una auténtica pesadilla a bordo del buque que cubre la línea nocturna entre la capital catalana y Palma, al encontrarse sin la butaca a la que creían tener derecho tras comprar el pasaje y verse obligados a descansar en el suelo durante las ocho horas de trayecto. El barco zarpó anoche a las 23.00 horas y ha llegado a puerto esta mañana a las 6,45 horas.

Trasmediterranea ha lamentado a través de un comunicado "las molestias que hayan podido sufrir los pasajeros del buque", pero ha negado que habiera propiciado una situación de overbooking.

"El buque partió de Barcelona a Palma con un total de 749 pasajeros, mientras que puede transportar hasta 878 pasajeros, por lo que no se ha producido una situación de overbooking en la salida nocturna, ya que en el trayecto no se ha llegado a la capacidad máxima autorizada".

Y ha añadido: "Dado que se trataba de un regreso con mucha demanda, los primeros billetes en agotarse en el momento de la compra fueron las acomodaciones superiores, de camarotes y butacas turista. Los pasajeros con compra de última hora, una vez agotadas las plazas en camarotes y butacas, adquirieron billetes en asientos en zonas comunes, como figura en sus billetes y como se informa en la compra de los mismos", puntualiza.

Los pasajeros consultados por este diario no sabían que se pudiera viajar en un buque de Trasmediterranea sin acomodación de camarote o butaca, como expresa la compañía en un comunicado. Comentan que cuando adquirieron el billete pensaban que iban en butaca y que de otra forma no hubieran comprado el billete. De hecho, en la compra online de de billetes solo existen las dos categorías de camarote o butaca, no tres.

La situación de saturación, denunciada por algunos pasajeros que se han puesto en contacto con este diario nada más arribar a puerto, supuso en la práctica que decenas de personas, alrededor de un centenar según otros denunciantes, que anoche subieron a bordo con pasaje en el puerto de Barcelona se encontraron en realidad sin asiento, por estar todos ellos ocupados por otros pasajeros. Y les ha tocado vivir todo el trayecto descansando donde han podido, en el suelo de cafetería, pasillos y accesos en el peor de los casos, o intentando dormir entre dos sillas de la cafetería, en la situación más privilegiada.

A bordo, narra la compañía de transporte marítimo, "la tripulación trató de dar respuesta a todos aquellos pasajeros que se pudieron encontrar con problemas a la hora de ocupar el asiento que habían comprado, y que hubieran sido ocupados por pasajeros que habían adquirido otra acomodación. La compañía analizará cada caso que se haya podido ver afectado por este tema", ha asegurado.