Las limosnas recaudadas en el cepillo del Sant Crist de la Sang, en la iglesia del mismo nombre de Palma, se quedarán exclusivamente en manos del Obispado de Mallorca.

El Consell dio ayer carpetazo a un acuerdo vigente durante los últimos 42 años con la Iglesia, por el cual ambas instituciones se repartían al 50% los donativos recogidos en el cajón que se ubica a los pies de la imagen religiosa, una de las más veneradas de toda la isla, que sufrió un fuerte ataque en 2002 y quedó destrozada. El pleno del Consell acordó ayer modificar un acuerdo de la antigua Diputación Provincial -de la que es heredero- del 4 de febrero de 1972, que seguía vigente, relativo a la administración de los fondos recaudados en dicho cepillo. A partir de ahora, este dinero pasa a ser administrado -con efectos del 1 de enero de 2013- por el Obispado de Mallorca. Por este motivo, el Consell renuncia a los 19.152,99 euros correspondientes a su parte de recaudación del año pasado, y los regala a la diócesis, que de este modo se queda con los 38.305,98 euros en total que fueron depositados durante el año pasado por los devotos católicos.

En 1972, la Diputación Provincial convenió, a instancias del Obispado, que a partir de aquel ejercicio los donativos entregados por los fieles al Cristo de la Sang serían gestionados al 50% por el prior de la iglesia, que debía destinarlo a necesidades de personal y de culto, mientras que el 50% restante sería administrado por la Diputación, que debía destinarlo a obras de reparación del templo y otras funciones religiosas solemnes que la propia Diputación determinara.

El Consell, como heredero de la extinguida institución, es el propietario de la iglesia y del hospital de la Sang, y desde entonces venía quedándose con la mitad de las limosnas. De hecho, la puerta que abre el cajetín tiene tres cerraduras: una llave la tiene el tesorero del Consell, otra la interventora, y la tercera la custodia el prior del templo; cada vez que debe abrirse la puerta el cepillo, los tres deben acudir a la vez para proceder a ello.

El conseller de Presidencia, Jaume Juan, explicó ayer que se renuncia a este dinero al considerarse que el acuerdo tomado en su día carece de sentido en la actualidad, al haber variado notablemente las circunstancias político-sociales que dieron pie al mismo. El Consell como tal no encarga misas a la iglesia de la Sang con cargo a su parte de donativos, y admite a su vez que tampoco venía destinando este dinero al mantenimiento del edificio religioso. El 50% de las limosnas iba pues a parar a la caja común de la institución, que la utilizaba para gasto corriente.

Aunque Juan apuntó que la Iglesia dedicará los fondos a obras sociales, a través de Càritas, la propuesta plenaria aprobada ayer no compromete al Obispado en este sentido, y se limita a acordar que "sea la misma Iglesia mallorquina la que se haga cargo de administrar estas limosnas".

La renuncia del Consell a su parte del cepillo la adoptó el PP en solitario, ya que Més y PSOE se abstuvieron. Los socialistas esgrimieron que no queda claro que el Obispado vaya a asumir de ahora en adelante la conservación y restauración de la iglesia, y rechazan que encima tenga que hacerse cargo del mismo el Consell, pese a haberse quedado sin su parte de los donativos.