Las entidades financieras disponen en Balears de aproximadamente medio millar de viviendas embargadas que intentan vender, según las estimaciones del sector, la mayor parte de las cuales está en manos de las cajas de ahorros. Y la previsión con la que trabajan es que este patrimonio inmobiliario se va a seguir incrementando durante los próximos meses a causa del aumento del paro y de la crisis económica.

Desde Sa Nostra se reconoce que en estos momentos dispone de unos 200 pisos en venta, una cifra que triplica la que tenía hace dos años. Por su parte, el portal inmobiliario de La Caixa, Servihabitat, ofrece unos 135 inmuebles más. En el caso de Banca March, esa cifra se reduce a una quincena de viviendas. Si a estas cifras se suman las de las restantes entidades implantadas en el archipiélago, la estimación se sitúa en el medio millar antes señalado.

Los bancos y cajas consultados reconocen que su previsión es que la cifra de inmuebles embargados va a seguir creciendo, y ello pese a admitir que se está haciendo todo lo posible para no tener que ejecutar las hipotecas que no se pagan, dando las máximas facilidades al cliente para que pueda aplazar o rebajar sus cuotas. Desde las entidades financieras se señala que una de las prioridades es frenar el incremento de la morosidad, para así no tener que realizar las reservas a las que obliga el Banco de España.

Del mismo modo, se insiste en que bancos y cajas ofrecen ventajas para los clientes que quieran adquirir estos inmuebles, además de garantizar el 100% de la financiación, ya que "nuestra función no es la de actuar como agentes inmobiliarios, que es algo que hacemos fatal", de ahí su interés en desprenderse cuanto antes de estas propiedades.

El presidente de la asociación de promotores de Balears, Gabriel Oliver, señala la competencia que bancos y cajas hacen a su sector, que en este momento se enfrenta al hecho de tener unas 5.000 viviendas nuevas y acabadas sin comprador, ya que las entidades financieras garantizan la financiación del 100% del valor del inmueble, unas condiciones a los que ellos no pueden acceder.

Sin embargo, minimiza el daño que todo ello está ocasionando a las empresas promotoras "ya que bancos y cajas se han quedado mayoritariamente con el suelo de las promotoras que no podía cubrir sus deudas y no con las viviendas, y en el caso de los particulares los pisos que se están embargando corresponden en muchos casos a familias con una situación económica más débil" –con un importante porcentaje de población inmigrante– y se encuentran en las zonas más degradadas, como Son Cladera, Son Gotleu o la Soledat, lo que limita la demanda.

El principal problema para el sector es que aunque las ventas comienzan a reactivarse ligeramente desde hace unos meses, siguen siendo muy débiles. Según las estimaciones de esta patronal, en las islas se adquieren diariamente una media de nueve viviendas nuevas, lo que supone entre 3.000 y 3.500 al año, una cifra que supone aproximadamente una tercera parte de las que se comercializaban hace dos ejercicios. Para valorar estas cifras, hay que tener en cuenta que esta patronal tiene unas 130 empresas promotoras asociadas, lo que supone que, de media, cada una vende unos dos inmuebles al mes.