La empresa Kraft Foods ha justificado hoy el cierre de su planta de Mahón (Menorca) a lo largo de 2009 por la pérdida de valor y cuota de mercado en queso fundido, el incremento de costes operativos y la actual crisis económica, aunque los trabajadores aseguran que la fábrica es "viable".

Kraft Foods anunció el pasado mes de diciembre el despido de 163 trabajadores para así proceder al cierre de su planta de Mahón (Menorca) en 2009 y la reducción de plantilla de su fábrica leonesa de Hospital de Órbigo (25 empleos) y de la catalana de Montornés del Vallés (27 puestos de trabajo).

Fuentes de la empresa han detallado a Efeagro que entre el año 2000 y 2007, Kraft ha perdido 5,9 puntos porcentuales de cuota de mercado en porciones, 10 puntos en rallado y 11,9 en lonchas, como consecuencia al repunte de las marcas blancas, mientras que en el periodo 2006/2008 los costes operativos han subido un 13,7%.

Además, han subrayado que a estos factores se une la actual crisis económica, que provocará un descenso de ventas del 10% de su marca "El Caserío".

En su opinión, la planta de Mahón aporta menos del 30% de la producción en Europa y sus productos sólo se venden en España, mientras que la otra fábrica que posee el grupo en Namur (Bélgica) genera más del 70% de la producción en Europa, y vende a los principales mercados como Inglaterra e Italia.

Han explicado que tras comparar los costes de producción unitarios entre ambas plantas, la empresa considera que la diferencia es "muy potente", por lo que ha apostado por concentrar el volumen en la fábrica de Namur para reducir costes fijos y optimizar las capacidades de las plantas.

Sobre su fábrica de Hospital de Órbigo (León), han resaltado que es necesario racionalizar la comercialización de formatos especiales y promocionales de mahonesas, así como una reducción de costes de un nueve por ciento.

En esta planta, además, se comenzará la producción de caramelo líquido, procedente de su otra fábrica en Montornés del Vallés (Barcelona) y su envasado en plástico.

En el caso de Montornés, tiene previsto reducir un 30% las referencias de postres en polvo y gelatina lista para comer y ajustar la capacidad instalada, que pasará del 47 al 63%.

A su vez, creará un equipo directivo unitario para ambas plantas.

La empresa ha insistido en que ha intentado la venta de la fábrica de Mahón y ha estado en conversaciones con varios grupos, si bien "ninguna de las opciones ha llegado a buen fin".

Ha especificado que su intención no es vender la marca "El Caserío", que considera estratégica y fundamental en el queso fundido, pero sí ha reconocido haber puesto encima de la mesa otras enseñas como Tranchetes y Santé y ha indicado que están dispuestos a estudiar todo tipo de medidas para mitigar el impacto de los despidos.

Tras reunirse hoy con la empresa, la delegada sindical estatal de CCOO en Kraft, Margot Sastre, ha considerado, en declaraciones a Efeagro, que la planta de Mahón es "viable" y ha asegurado que los trabajadores no tienen intención de negociar el cierre de la misma "porque no hay motivos para ello".

Ha explicado que con el traslado de producción a la fábrica de Namur, la compañía no cumplirá los parámetros mínimos estipulados para que sea competitiva y ha augurado que a corto plazo la planta de Bélgica sufrirá el mismo proceso.