Caso Rubiales

El juez propone llevar al banquillo a Rubiales, Vilda y otros exdirectivos por el beso no consentido a Jenni Hermoso

Lo ocurrido tras la final del Mundial femenino en Australia fue un beso "no consentido y una iniciativa unilateral y sorpresiva” de Luis Rubiales, aunque queda pendiente valorar si hubo "finalidad erótica"

El juez manda a juicio a Rubiales por el beso a Jenni Hermoso tras la final del Mundial de Fútbol de Australia

Vídeo: Agencia ATLAS | Foto: EFE

Cristina Gallardo

Hay indicios claros de delito en el beso no consentido a Jenni Hermoso. El juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge ha concluido la instrucción de este asunto y propone juzgar al expresidente de la Federación Española de Futbol Luis Rubiales tanto por lo ocurrido tras la final del pasado mundial, celebrada el 20 de agosto en Sídney como por las presiones posteriores a la jugadora.

Igualmente, procede contra el director deportivo de la selección masculina, Albert Luque, el exentrenador de la selección femenina Jorge Vilda y el exresponsable de marketing de la Federación Rubén Rivera por las coacciones para que la jugadora accediese a realizar una manifestación pública afirmando que el beso contaba con su aprobación.

Aunque en principio la instrucción del caso ha terminado, el juez deberá realizar una diligencia más. Tras conocerse su decisión, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional notificaba su respuesta a un recurso aún pendiente, presentado por Jorge Vilda por la que se ordena al juez cite a declarar como testigo a su sucesora, Montse Tomé. Se trataría de aclarar si la no convocatoria de Hermoso en dos partidos de España tuvo relación con la negativa de la jugadora a firmar un comunicado conjunto con Rubiales por el beso que le dio en la final del pasado Mundial.

En un auto, los magistrados de la Sección Tercera consideran que esta diligencia está justificada y es pertinente al permitir aclarar aspectos de los hechos por los que es investigado Jorge Vilda en relación con las consecuencia profesionales que para Jennifer Hermoso tendría el no avenirse a firmar el comunicado con Rubiales.

Y todo ello a pesar de que el instructor del caso concluye en su auto que el beso "no fue consentido y fue una iniciativa unilateral y sorpresiva" del investigado Luis Rubiales. El magistrado añade que la finalidad erótica o no o el estado de euforia y agitación experimentado "como consecuencia del extraordinario triunfo deportivo" son elementos cuyas consecuencias jurídicas deberán valorarse por el tribunal que juzgue los hechos. Sobre este punto, explica que en este momento procesal su función se limita a apreciar que existen indicios suficientes de la comisión de los hechos narrados en su auto y que esos hechos son relevantes penalmente, siendo por ello perfectamente sostenible una acusación.

No concreta los tipos penales

Para el magistrado, no es el momento ahora de hacer una calificación detallada ni precisar los concretos tipos penales, si bien agrega que el beso en los labios “afecta a la esfera de la intimidad reservada a las relaciones sexuales, en particular en el contexto de dos personas adultas”, lo que apunta a un delito de agresión sexual que puede ser castigado con hasta cuatro años de prisión.

Respecto a la conducta de los otros tres investigados, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 1 considera que también existen indicios de la existencia de una acción concertada, y acordada con Luis Rubiales, “para doblegar la voluntad de Jennifer Hermoso Fuentes y conseguir que accediera a grabar un vídeo en el que dijese que el beso había sido consentido”.

Estos hechos, según el juez, podrían ser constitutivos de infracción penal (coacciones) conexa con el delito principal indiciariamente atribuido a Luis Rubiales, incluso con independencia de que pudiera, eventualmente, tener naturaleza de delito leve, algo que no se prejuzga en este auto.

Según el auto, las presiones a las que se sometió a la jugadora crearon en Jennifer Hermoso una situación de ansiedad e intenso estrés. La resolución acuerda dar traslado a la Fiscalía y a las acusaciones personadas para que soliciten en el plazo de diez días la apertura de juicio oral, formulando escrito de acusación o en su caso el sobreseimiento de la causa.

Relato judicial

La resolución hace un relato de lo sucedido el día de los hechos y detalla que el 20 de agosto de 2023, en Sídney, con ocasión de la entrega de medallas a las jugadoras de la selección española, y en el momento en que Jennifer Hermoso recibía el saludo protocolario y la felicitación del presidente de la Federación, Rubiales sujetó la cabeza de la jugadora con ambas manos, a la altura de los oídos, “y de manera sorpresiva e inesperada propinó un beso en los labios de la jugadora, que no se apercibió de la intención del querellado de besarla en los labios ni dio su consentimiento para ello”.

"Jennifer Hermoso, desconcertada y sorprendida por el inesperado beso en los labios, no tuvo tiempo de reaccionar", agrega relato del juez, que también dice que la jugadora trató de restarle importancia en un primer momento y continuar celebrando el histórico triunfo de la selección. No obstante, conforme iban pasando las horas, continúa explicando, la euforia del triunfo fue dando paso al malestar y al sentimiento de haber sido ofendida por la acción relatada, malestar que fue en aumento ante las presiones de Rubiales y de su círculo próximo para que públicamente manifestase que el beso había sido consentido.

Situaciones que crearon ansiedad

El relato alude también a que en el vuelo de regreso a España, Rubiales trató de conseguir que Jennifer Hermoso accediese a hacer una manifestación pública con él para decir que el beso había sido consentido, a lo que la jugadora se negó, expresando su malestar. Tras pedir consejo a su equipo técnico, el que fuera cabeza de la Federación Española de fútbol pidió a Jorge Vilda Rodríguez que hablase con el hermano de la futbolista para convencerla de que participase en la realización de un video con el contenido pretendido. A continuación, Vilda buscó en el avión al hermano y, en el curso de la conversación, le advirtió de que si su hermana no accedía a participar en el vídeo, su negativa tendría consecuencias negativas para ella y experimentaría perjuicios en su carrera profesional como futbolista.

Una vez ya en España, y por encargo de Rubiales, Rubén Rivera, responsable de marketing de la Federación y encargado de la logística del viaje de la selección a Ibiza, pidió a Jennifer Hermoso, de manera reiterada y persistente que hablase por teléfono con el responsable de integridad de la entidad. Rivera, siempre según el relato del juez, le insistió en que debía participar en el vídeo exculpando a Rubiales, a lo que la deportista le comunicó que no deseaba hablar de este tema.

A pesar de la clara negativa de Hermoso, Rivera también le insistió de manera reiterada para que hablase con Albert Luque, también con la intención de insistirle para que participara en el vídeo. Jennifer Hermoso contestó por WhatsApp a Luque, nuevamente rechazando hablar con él. Tras la negativa a éste, Rivera insistió de nuevo a través de una amiga de Hermoso para que la convenciera de que tenía que hablar con Luque. Ante las reiteradas negativas, Luque se personó en el hotel intentando forzar a Jennifer a hablar con él para convencerla de participar en el vídeo. Insistió por medio de WhatsApp a la jugadora y también de forma personal a la amiga de Jennifer para que hablase con él.

Finalmente, ante la rotunda negativa, Albert Luque envió un mensaje de WhatsApp a la amiga de Jennifer, insistiendo en su petición de ayuda para justificar la conducta de Rubiales. En ese mensaje expresaba su enfado, “acusándola de mala persona, deseándole que se encuentre muy sola en la vida y anunciándole que se alegrará de que eso suceda”.