Ciclismo

Van Aert se lleva la gloria en el ciclocrós de Benidorm

El astro belga consigue la victoria al aprovechar la caída de Mathieu van der Poel en la penúltima vuelta y a pesar de irse también al suelo poco antes de cruzar la meta

Wout van Aert gana en Benidorm.

Wout van Aert gana en Benidorm. / UCI CYCLOCROSS

Sergi López-Egea

Son dos de los seis magníficos y los únicos del sexteto que se dedican al ciclocrós. Por eso, lo tenían fácil, aunque luego se complicaran las cosas, a la hora de partir como los favoritos al triunfo en Benidorm, en la prueba del mundo de la especialidad que se disputa en España. Wout van Aert se despidió de la temporada de arena, barro, piedras, escaleras y troncos de la forma más estelar al ganar, no sin susto, antes de centrarse totalmente en la campaña del asfalto, en las clásicas de primavera, en el Giro, en los Juegos, en el Mundial y para cerrar el año 2024 en la Vuelta; casi nada lo que espera, emociones intensas para él y para los que lo observan.

Mathieu van der Poel llevaba 10 de 10. Nadie se le había acercado desde que en diciembre se subió a la bici de ciclocrós; ni esperaba a la última vuelta para ganar; ni siquiera Van Aert, hasta ahora, lo había intimidado, como si sólo corriera él y el resto tuviera que pelear por ser segundo y compartir un peldaño por debajo el podio de las carreras en las que participaba; todos a la sombra del nieto de Raymond Poulidor. En Benidorm se fue al suelo. “Tropecé con la pata de una valla”, reconoció ante la señal internacional de televisión. Así que no hay error posible al admitir que una caída privó a la ‘bestia’ neerlandesa de conseguir el pleno de 11 victorias en el ciclocrós antes de la cita del Mundial, en dos semanas, en la República Checa.

Van Aert, antes de Benidorm, casi parecía un desconocido mientras explicaba los cambios de competición para este 2024, que si no iba al Tour, que se estrenaba en el Giro y hasta que se animaba con la Vuelta. Tal fue el entusiamo que provocó su presencia en la ronda italiana que hasta tuvo que precisar que su idea no era la clasificación general sino pelear por ganar el mayor número de etapas. Eso sí, tuvo que apuntarse Tadej Pogacar, que sólo se anima con el ciclocrós en su Eslovenia natal, para dejar claro quién sería el favorito en Italia.

Buenas sensaciones

En Benidorm, caída al margen de Van der Poel, Van Aert demostró que ya se había quitado la polvorilla de las piernas, que empezaba a sentir esas buenas sensaciones de las que siempre hablan los ciclistas cuando comprueban que sus músculos se mueven musicalmente al son de los pedales, y que podía aspirar al triunfo frente al Mediterráneo, lejos de los teatros de Bélgica y Países Bajos, pero con el calor del público y con todas las figuras sin excepción de esta especialidad ciclista.

Ni Van Aert ni Van der Poel tuvieron una buena salida. En cierta manera el ciclocrós se asemeja a las pruebas de velocidad motorizadas; es importante partir de los primeros porque perder la posición es un drama. Por eso, todos salen como si no hubiera un mañana.

Por esta razón la pareja tuvo que pasarse las primeras vueltas en plan remontada ante los especialistas que, a diferencia de ellos, se pasan el final del otoño y el principio del invierno disputando todas y cada una de las carreras de ciclocrós. Y por esta causa, también, Van Aert y Van der Poel siempre parten penalizados, en la segunda posición de la parrilla, lo que representa un plus en el esfuerzo por situarse delante ya de entrada.

El tramo asfaltado

Pero lo consiguieron, sobre todo gracias a un tramo asfaltado en subida donde remontaban de forma impresionante a los contrincantes. Así que a mitad de carrera ya estaban al frente del festival ciclista de Benidorm, con un Tom Pidcock (al final noveno) que disfrutó de unos minutos de gloria, y con el campeón de Europa, inmerso siempre en el ciclocrósMichael Vanthourenhout, respirando el aire de la pareja para acabar la prueba en segunda posición.

Así que cuando todo apuntaba a un nuevo duelo entre la pareja magnífica va Van der Poel (al final quinto) y se cae en la octava de nueve vueltas para despedirse de la pelea por la victoria. Van Aert con libertad tumbó a su compatriota belga Vanthourenhout en el repecho asfaltado de la vuelta final para tener desde allí terreno sin oposición para buscar la victoria. Fue entonces cuando se produjo la caída del miedo. Quiso pasar la zona de troncos cercana a la meta a pie, en vez de saltando con la bici como había hecho hasta entonces. Salió del último tronco y no se sabe lo que hizo al tropezar con un pedal y el sillín a la hora de volver a subir a la bici y se fue al suelo. Suerte tuvo que Vantourenhout estuviera suficientemente distanciado para no enturbiarle la victoria. “Me he dado un golpe en la muñeca, que precisamente el sábado se rompió mi madre. Igual ha sido porque corría con el dorsal 13. Pero he tenido buenas piernas y un buen día”, recalcó Van Aert en televisión.

Felipe Orts, el campeón de España, llegó en octava posición aunque siempre estuvo cerca de los líderes de la prueba. En categoría femenina no hubo sorpresas y la neerlandesa y campeona del mundo Fem van Empel consiguió la victoria.