Opinión. Alcaraz se parece cada vez más a Nadal

Alcaraz posa con el trofeo de campeón de Wimbledon.

Alcaraz posa con el trofeo de campeón de Wimbledon. / Efe

Ricard Cabot

Ricard Cabot

Las comparaciones son casi siempre odiosas, pero no en el caso que nos ocupa. A sus 20 añitos, Carlos Alcaraz va camino de algo muy grande en el mundo del tenis. Con solo veinte partidos sobre hierba a sus espaldas, ya levanta dos torneos, Queen’s y, desde este glorioso 16 de julio, nada menos que Wimbledon, el evento por excelencia, el que todos quieren ganar algún día pero destinado solo a unos pocos elegidos. 

Resulta precipitado, y hasta absurdo, pensar en si el nuevo rey de la hierba alcanzará los números de Nadal -22 grandes le contemplan, 92 títulos-. Solo el tiempo lo dirá. Pero lo que sí es verdad es que va por el camino correcto. A su edad, solo el mallorquín sumaba dos grandes, los Roland Garros de 2005 y 2006, hasta esta domingo, en que el pupilo de Juan Carlos Ferrero le ha igualado en este apartado, no menor. Le queda toda una carrera tenística por desarrollar, pero ahora mismo, habiendo derrotado al mejor tenista de todos los tiempos, al menos en cuanto a títulos obtenidos y su importancia, y nada menos que en su jardín del All England Tennis Club, se hace difícil pensar quién será el tenista capaz de frenar a este ciclón inigualable.

Lo tiene todo para figurar en las páginas más gloriosas del tenis. Si las lesiones le respetan y en su camino no se encuentra a ningún Federer o Djokovic que le haga sombra, y muy alargada, como le han hecho a Nadal, los sueños de este joven de El Palmar no tienen fin. Su parecido con el Nadal de 2005 y 2006 son cada vez más evidentes, y la sensación que transmite es que estamos ante otro fenómeno que hará las delicias de los aficionados.