España destroza a Ucrania a base de talento para alcanzar una nueva final

Los continuos éxitos de las categorías inferiores de la selección española se han vuelto una anormal rutina. Como todo lo que se repite, impide que se valore el camino exitoso hasta el mismo. La sub-21 vuelve a estar a las puertas de una nueva Eurocopa, un torneo que ha ganado en cinco ocasiones. Las mismas que Italia, con la que podrá desempatar si vence a Inglaterra en la final (sábado, 18:00 horas). Los de Santi Denia, que apagaron sin piedad el sueño de Ucrania con una goleada (5-1), tienen la oportunidad de cerrar el círculo glorioso que ha sido trazado con el campeonato de Europa sub-17 y sub-19.

Mudryk, un jugador diferencial

Salieron los jugadores de Ucrania envueltos en su bandera, algo que se ha convertido en rutina para los deportistas que militan por su país. "Una familia más que un equipo", como recordaba Curro Galán, entrenador de porteros del Shakhtar Donetsk, en conversación con este diario. Enfrente, el once normalizado de Santi Denia, que ha ido filtrando sus esquemas hasta encontrar una alineación idónea. Un conjunto que asumió la batuta del partido desde el principio, consciente de que la llave para la victoria era el balón.

El argumento esperando frente al cuadro ucraniano, atrincherado, con dos filas de jugadores bien definidas y una boya arriba (Sikan). La rectitud la rompió Mudryk, el jugador por el que el Chelsea pagó más de 100 millones, una losa con la que ha cargado en una temporada irregular. Sin embargo, con todos los galones encima es un futbolista diferencial. Lo demostró en la jugada que permitió a los de Rotan abrir el marcador. Dejó sentado a Víctor Gómez para llegar hasta línea de fondo y servir el tanto a Bondarenko.

España remonta con Abel Ruiz y Sancet

España se repuso, como ha hecho durante todo el torneo, donde ha alternado talento con bajadas de tensión. Abel Ruiz igualó cuatro minutos después con una jugada que le define a la perfección. Dio una auténtica exhibición, con pases, desmarques, recortes... Para su videoteca particular. Víctor Gómez se rehizo con un gran pase largo que el delantero del Braga resolvió ante los centrales ucranianos, su eslabón más debil. Esta sensación de fragilidad era culpa de las combinaciones rápidas de una selección que disfrutaba con espacios.

La generación dorada de Santi Denia tiene hombres de jerarquía, que se recortan el bigote para tener aún más poso. Como Sancet, quien con un disparo de autoría reconocible provocó la remontada. Gol generado tras un taconazo de Abel Ruiz en otro movimiento inteligente. A España le vino bien sentirse vulnerada por el tanto de Bondarenko. Le permitió ajustar resortes y tratar a Mudryk con el debido respeto que infunde un jugador sobre el que orbitan sus compañeros. Con el 2-1 se llegó al descanso. Todo por hacer, más teniendo en cuenta el estado emocional de Ucrania tras apedrear a Francia en el tramo final de cuartos de final.

Matrícula de honor con goles de fotogalería

La dicotomía del partido estaba clara. De un lado, el currículum de los que acumulan decenas de partidos en Primera División. Del otro, el arrojo de los que quieren mostrarse al mundo con un estilo definido. La balanza se desequilibró del primer bando, el de un equipo que consiguió jugar su mejor partido en el momento preciso. España entiende el fútbol formativo como un método para hacerse notar. Muchos de los jugadores protagonistas de este encuentro militan en LaLiga.

El talento de la misma recae en los Sancet o Gabri Veiga, quien ha sido un secundarísimo de lujo. Los dos mediocampistas más goleadores de la pasada temporada (10 y 11 respectivamente). Otros llegarán pronto al escalón más alto, porque saben perfectamente como poner el pie en él. Es el caso de Antonio Blanco, quien a pesar de cargar con el peso de una amarilla tempranera se incorporó para sentenciar el pase a la final. Lo hizo tras un centro de rabona de Abel Ruiz.

A partir de ahí, el partido se convirtió en una carrera por ver qué jugador español anotaba un gol mejor. Aimar Oroz y Sergio Gómez completaron la 'manita' con una exhibición de buen pie. Mudryk braceaba y no entendía nada. Pero esto es fácil de explicar: no hay un equipo con el talento de esta selección, que ha maravillado a las puertas de asaltar el cielo por enésima vez. La última estación para en Inglaterra, otra selección de máximo nivel. Un encuentro que endulza el parón liguero con una competición de jóvenes crecidos.