A Manzano y a sus jugadores más les vale hacer los deberes pronto porque el calendario no ha sido nada benévolo con ellos ni con sus intereses.

Se puede pasar por alto el comienzo en Mestalla para examinar el proyecto de Villalonga y Azkargorta, pero más que el principio los problemas más graves pueden surgir al cierre, puesto que el campeonato acaba con el Sevilla, el Barça, el Madrid y el Villarreal, uno detrás de otro y sin tregua.

Y lo peor no es la traca final, sino que la coincidencia de los tres últimos para finalizar la primera vuelta en el mes de enero, condiciona los octavos y cuartos de la Copa del Rey si es que el Mallorca consigue alcanzarlos.

Por lo demás, habrá quien se queje más o menos, hay que jugar todos contra todos y los puntos tienen el mismo valor tanto si se disputan el 31 de agosto, suponiendo que la huelga de la AFE no lo impida, como el 31 de mayo.

Razones le sobran al técnico para apañar un plantel con dos hombres para cada demarcación. Tal como pintan las cosas, lo va a necesitar. Con el fichaje de Corrales y la previsible baja de Dorado, tarea terninada por lo que a los laterales se refiere.

El calendario augura trabajo extra durante el invierno. De momento, en verano, los quebraderos de cabeza son para el director deportivo. Y no pocos.