Llegó el gran día, el que todos esperaban desde que empezara el torneo el pasado 27 de mayo. La gran final que, como no podía ser de otra manera, disputarán esta tarde, a partir de las 15 horas (TVE-1), los dos mejores jugadores del mundo, Roger Federer, poseedor de diez torneos de Grand Slam, y Rafel Nadal, invicto en la tierra de París.

El mallorquín opta hoy a su tercer título consecutivo. De conseguirlo igualaría al mítico Bjorn Borg, que conquistó tres entre 1978 y 1980. Antes, en el 74 y 75 sumaría dos y en el 81 el último de los seis que logró, un récord que ahora mismo sólo pone en peligro el mallorquín. Nadal, que es el primer jugador desde el 93 que juega tres finales consecutivas -el norteamericano Jim Courier ganó en el 91 y 92 y perdió en el 93 ante Bruguera-, se enfrentará al número uno del mundo, al único jugador que ahora mismo está capacitado para derrotarle sobre tierra batida. Lo ha hecho una vez, en la final del pasado torneo de Hamburgo, pero tanto uno como otro protagonista coinciden en que sirve de escasa refererencia por varios motivos, el principal, que Nadal llegó a su décimo duelo con el suizo en condiciones físicas y psicológicas muy mermadas por su maratón en la temporada de tierra, con tres títulos de forma consecutiva.

Nadal llega por primera vez a la final de Roland Garros sin ceder un solo set. Si hoy levanta por tercera vez la Copa de los Mosqueteros por la vía rápida será el tercer jugador en la historia en conseguirlo, después de Nastase en el 73 y Borg en el 78 y 80.

Federer llega al partido decisivo, posiblemente el más trascendental de su carrera, con la presión que supone no haber ganado nunca en París. De hecho Roland Garros es el único grande que falta en su palmarés. Si lo lograra sumaría los cuatro grandes de forma consecutiva -Wimbledon, US Open, Australia y Roland Garros-, aunque en año diferente, lo que sólo han logrado cinco jugadores: Budge, Emerson, Laver, Perry y Agassi.

Nadal es favorito. No lo ha reconocido con esta contundencia pero, tras recordar que se enfrenta al mejor jugador del mundo y que lo normal es que pierda, también avisa: "Llego mejor que el año pasado".

La victoria de Federer en Hamburgo, la única en tierra sobre Nadal, ha levantado mayor expectación, si es que ello es posible, a un duelo que ya figura, por derecho propio, entre los más legendarios de la historia del tenis. Pase lo que pase hoy, es un capítulo más, el duodécimo. Continuará.