Oblicuidad

Oblicuidad: Las candidatas al Oscar, de mala en peor

Carey Mulligan no se lo merece.

Carey Mulligan no se lo merece. / DM

Matías Vallés

Matías Vallés

Si la ciudadanía visitara los cines, se escandalizaría ante las descarriadas nominaciones a mejor película en los Oscar de marzo. Hasta en los Goya, y sí me apuran en los Gaudí, pueden rastrearse títulos más notables. Se han estrenado en España nueve de las diez candidatas de Hollywood, y solo cabe ordenarlas de mala en peor:

9. Vidas pasadas. El periodismo también es una pasión ingrata, pero blasfemar contra la inevitable inscripción infecta con sello coreano es una de las escasas compensaciones de la profesión. Cuesta decidir qué componente del triángulo de castísimos amantes es más desagradable. Es la peor del lote, arrasaría en Pyongyang.

8. Los asesinos de la luna. Sobran los motivos para abominar de Scorsese, pero a esta morosa demostración de las limitaciones intelectuales de Leonardo DiCaprio le sobra el noventa por ciento de su metraje, salvo la esclavización inicial de los blancos por los indios y el episodio radiofónico de cierre. La maldición debe extenderse a la protagonista, que se pasa 206 minutos quejándose.

7. Maestro. Armado de una nariz prostética, Bradley Cooper podría haberse ahorrado el esfuerzo sobrehumano. No nos interesa la vida sexual de Leonard Bernstein, ni su esposa y nuestra adorable Carey Mulligan, que no se merece haberse visto involucrada y mucho menos nominada por su trabajo. Han omitido el único episodio vital sugestivo del compositor, su fiesta radical chic.

6. Pobres criaturas. Amárrese a la butaca porque no es mala, solo es insoportable, con el áspero Yorgos Lanthimos convertido en un triste imitador de Wes Anderson. Esta cornucopia de ocurrencias nos ha divorciado de la segunda diosa de las nominadas de este año. Hasta siempre, Emma Stone, porque no volveremos a vernos.

5. Oppenheimer. Haber soportado por dos veces esta aburrida biografía científica, subtitulada El comunismo y yo, proporciona la prestancia de haber leído el Ulises de Joyce, salvo que nadie lo ha logrado. Provoca nuestra tercera ruptura con la divinidad, habría que perseguir penalmente a quien nominó a Emily Blunt como mejor actriz secundaria.

4. La zona de interés. ¿Cuántas películas contra el nazismo seremos capaces de soportar? Tal vez el Hollywood sionista se ha excedido al nominarla en las categorías de mejor película absoluta y de mejor película extranjera. Sería curioso averiguar el número de personas que la soportarán en casa de una sentada.

3. Los que se quedan. Es El club de los poetas muertos al otro lado del espejo, o adaptada al cinismo imperante. Pero, amigos, no es Entre copas.

2. Anatomía de una caída. Solo la relegamos a la segunda posición porque la primera estaba adjudicada de antemano, pero es un extraordinario alegato a favor de la duda en tiempos de oscuras convicciones. Indispensable. (Dirigida por una mujer)

1. Barbie. Aunque no fuera una obra maestra, y le sobran los motivos, sería muy superior a cualquiera de las aquí mencionadas. Define un año y una civilización. (Dirigida por una mujer)

Suscríbete para seguir leyendo