Bernarda y Poncia son dos de los personajes más potentes de la legendaria obra de Lorca La casa de Bernarda Alba a los que Bernat Pujol ha extraído de su contexto claustrofóbico para confrontarlos en un cara a cara y en una nueva lectura de la misma. En Bernarda. Punto final señora y criada viven solas amargándose la vida y sacando a flote todos los odios y rencillas acumulados, encarnadas por los actores José Vico y Aurora Jhardi, respectivamente. Será los días 18 y 19 próximos, en el teatro Xesc Forteza de Palma, para celebrar los 40 años de la compañía Taula Rodona.
"El texto lo escribí pensando en los últimos días de Bernarda, que vive sola con su criada porque sus hijas se han ido. Bernarda está vieja y decrépita, ya no es la que fue, y quería sacar a la luz todo el odio acumulado, también el de Poncia, su criada, a la que maltrató mucho. Ahora hay una lucha entre las dos”, apunta Bernat Pujol, director y autor del texto. No es la primera vez que los personajes de la famosa obra de Lorca vuelan solos, cuenta Pujol, quien recuerda montajes de este tipo “en Madrid o París, por ejemplo”.
Una lucha titánica
En esta obra “los roles cambian, ahora Bernarda ya no es la que era, la señora fuerte y poderosa, y se establece una lucha titánica entre ambas. Bernarda, a veces, saca fuerzas, pero le cuesta porque la otra, más joven y vital, se la come, hasta llegar a un desenlace tremendo que no quiero desvelar”.
Para interpretar a esa Bernarda inflexible, conservadora y tradicional en su pensamiento, Pujol ha escogido al actor José Vico, a quien califica de “camaleónico, un gran actor que se transforma con cada personaje, matiza, funciona bien siempre”. Poncia será Aurora Jhardi, una mujer de corta experiencia sobre las tablas, “pero con una cualidad innata para el teatro. Yo la descubrí en la Adoració dels Reis y le propuse trabajar en El Bosc de Birnam, de Miquel Àngel Vidal, donde resultó toda una revelación”. El público la recordará como concejala del Ajuntament de Palma en la legislatura 2015 -2019.
Vigencia brutal
La esencia de la obra original no cambia en este montaje de estreno, apunta Pujol, Bernarda es la poseedora del dinero y Poncia representa la lucha de clases. La obra de Lorca “permite muchas lecturas y es de una vigencia brutal, solo hay que ver lo que ahora está pasando en España”.