Eve Fairbanks, en el Festival de Literatura Expandida a Magaluf: «En Sudáfrica hay mucho resentimiento y culpa»

La escritora estadounidense reflexiona sobre la nostalgia, el racismo y los desafíos del país en el que vive desde hace trece años en ‘Los herederos’, libro del que hablará este sábado a partir de las 18 horas

Eve Fairbanks, autora de 'Los herederos'

Eve Fairbanks, autora de 'Los herederos' / MANU MIELNIEZUK

La escritora estadounidense Eve Fairbanks, especializada en política, colaboradora de The New York Times y The Washington Post, entre otros grandes medios, ha dedicado doce años de trabajo a Los herederos, su primer libro, publicado este mismo año y galardonado con el prestigioso PEN / Galbraith de 2023. Un volumen que ofrece un retrato cercano de la fractura racial en Sudáfrica, un país al que, según ha señalado hoy en la primera jornada del Festival Literatura Expandida a Magaluf, «le está costando mucho cambiar por dos asociaciones de ideas: haber tenido el régimen más opresivo y racial que se haya conocido en la historia de la humanidad; y Mandela, porque la gente, cuando piensa en Sudáfrica, piensa en Mandela como un final feliz. La realidad es otra, hay tantos cambios aun por producirse».

Los herederos (en castellano, Ediciones Península; Els hereus en catalán, publicado por Edicions del Periscopi) es una aproximación al pasado y al presente de Sudáfrica a través de la vida cotidiana de tres de sus ciudadanos: Dipuo, una de las activistas cuya lucha hizo caer el apartheid; su hija Malaika, que sobrevive en un mundo hostil y violento del que sigue sin sentirse parte; y Christo, uno de los últimos sudafricanos blancos reclutados para luchar por la supervivencia del antiguo régimen y cuya deriva es pareja a la de una sociedad que ha perdido sus privilegios y que vive anclada entre la nostalgia y el resentimiento.

«Muchos sudafricanos blancos no es que odien a la gente de piel negra pero tienen mucho miedo de los negros sudafricanos por la historia de sus propios ancestros oprimiendo a esa gente, es decir temen el odio que puedan tener esos negros sudafricanos. Hay mucho resentimiento y culpa», subraya la reportera, que vive desde hace trece años en Johannesburgo. 

Un país que vive del turismo y evita las protestas políticas

«En Sudáfrica —añade Fairbanks— no hay protestas políticas porque dependen muchísimo del turismo». De hecho, es el país africano que más turistas recibe al año, solo superado por Marruecos. «Muchos de esos turistas vienen buscando la historia de Mandela, la historia feliz, la de negros y blancos coexistiendo. Sudáfrica no quiere alterar esa reputación que tiene y que tanto necesita», subraya la autora de Los herederos, libro en el que explora «hasta qué punto es difícil para la gente salir de una reputación dolorosa, de una identidad dolorosa, y cuán complejo puede ser alejarte de esa huella». 

La escritora y periodista Eve Fairbanks

La escritora y periodista Eve Fairbanks / MANU MIELNIEZUK

«Sudáfrica no tiene historia a la que mirar atrás, una historia que haya sido positiva en el tiempo. Siempre ha sido solo una nación que fue construida para que un 20 ó 25 por ciento de la población viviera a expensas de los demás, así que no hay modelo, no hay nada en su historia a lo que agarrarse. Tienen que soñar a partir de la nada. Y eso es algo que aísla. Sudáfrica es el país más desigual desde un punto de vista económico de todo el planeta. La desigualdad económica postapartheid es inmensa. En los 80 se tenía la idea de que Sudáfrica era un país muy injusto pero que funcionaba, pero en realidad las infraestructuras ( las carreteras, los servicios telefónicos, los conductos de gas, la electricidad) servían al 20 ó 25 por ciento del país. Y con la misma cantidad de impuestos y recursos ahora tienen que servir a todo el país. Y eso es algo que no está funcionado. Una de las soluciones es la paciencia. El país debería tener una visión a 30 años. Todos queremos un cambio rápido pero se requiere paciencia», reflexiona.

El odio en el fútbol

Preguntada por el odio que se da en los campos de fútbol, un tema que también se aborda en Los herederos, porque en Sudáfrica se trabajó para reducir el rascismo en las residencias de estudiantes, en el fútbol y en el rugby, Fairbanks sostiene que «si impones demasiados códigos, demasiadas normas, y echas a la gente que grita, lo único que vas a hacer en realidad es inflamar todavía más el racismo».