Imma Prieto: «Dejo Es Baluard dentro del mapa internacional de museos de arte contemporáneo»

La hasta ahora directora de este espacio cultural finaliza una etapa de cuatro años para asumir la dirección de la Fundació Tàpies en Barcelona

Prieto se despide de este centro expositivo, en el que ha cerrado la programación de todo 2024

Imma Prieto, directora saliente de Es Baluard.

Imma Prieto, directora saliente de Es Baluard. / Enrique Calvo

Montse Terrasa

Montse Terrasa

Imma Prieto (Vilafranca del Penedès, 1976) regresa a su tierra natal «satisfecha» del trabajo que ha realizado como directora del Museu Es Baluard y saca pecho de que este centro se haya convertido en un referente en el panorama del arte contemporáneo.

¿Llegó en 2019 a Es Baluard con la idea de estar solo cuatro años o la oportunidad de dirigir la Fundació Tàpies ha cambiado sus planes?

Cuando llegué al Baluard, el contrato era de cuatro años seguro y otros dos revisables... Siempre se tiene que ver cómo funciona todo. Estoy muy contenta de la etapa aquí, creo que dejamos el museo en uno de los mejores momentos de su historia, por su repercusión nacional e internacional. Lo de la Fundació Tàpies no me lo podía ni imaginar porque se ha cruzado por el medio... Está muy claro que hay una cuestión personal y es que yo soy de Barcelona, tengo allí a mi familia, a mi pareja. Yo vine sola aquí, no fue un traslado familiar.

¿Considera que ha cumplido los objetivos que se había planteado de abrir el museo a la sociedad y de fomentar el espíritu crítico?

Sí, sin duda. Creo que en estos cuatro años se ha demostrado la apertura y la escucha hacia el público local. Por un lado, hemos cuadruplicado la partida a los programas públicos y educación y esto es una partida para público local, porque los turistas no vienen a una conferencia o a un congreso o seminario... Un programa como el Laboratori d’Art i Pensament o el Institut de Corpologies Deslocalitzades (I-Cordes) han funcionado perfectamente, con una presencia de público altísima. Es más, con I-Cordes, había lista de espera cada vez que se hacía... El espíritu crítico creo que también ha quedado patente a partir de la programación, no solo es educación y programas públicos. La programación es positiva. Me voy con deseos cumplidos: aumento de presupuesto, programación con líneas muy claras, aumento de programas públicos y educación. La única cosa que me faltaría es una cuestión intraestructural y es subir las oficinas, porque creo que no hay derecho que el equipo humano, que es fantástico, lleve 20 años en un sótano.

"No hay derecho a que el equipo humano, que es fantástico, lleve 20 años en un sótano

Uno de esos objetivos iniciales era triplicar el presupuesto y no se ha logrado... ¿Esta cuestión le ha dejado hacer el museo que quería?

Sí, adaptándome al presupuesto, obviamente, pero cuando llegué las instituciones ponían medio millón cada una y me voy con un presupuesto que es más del doble. Obviamente tuve la mala suerte de pillar la pandemia y las prioridades, lo entiendo perfectamente, pasan por reforzar sanidad y otras áreas, como es normal con la situación que hemos vivido a nivel internacional.

¿Han aumentado las visitas al museo en estos cuatro años?

Sí, excepto los dos primeros, que no cuentan... También es cierto que cuando hablamos de visitas, me refiero a las reales, porque hay visitantes del complejo histórico que no necesariamente pasan por el museo y eso es autoengañarnos, yo no cuento los turistas que van hasta la terraza a hacerse un selfi, cuento exclusivamente a la gente que entra al museo.

¿Y de esta gente, ha aumentado el público local?

Sí, sí, ha aumentado.

¿Cómo deja la programación del museo?

He cerrado todo el 2024, como es lo habitual. El Reina Sofía o el Macba cierran dos años, pero Es Baluard es una escala mediana y creo que con un año es suficiente. Creo que se agradece que la nueva dirección aterrice tranquilamente y pueda empezar a programar. Si hablamos de artistas de alto nivel, nadie te toma en serio si les dices que dentro de tres meses hacemos la exposición. Para la primera del próximo año llevamos dos años de investigación.

Imma Prieto, en otro rincón del museo.

Imma Prieto, en otro rincón del museo. / Enrique Calvo

¿De qué se siente más satisfecha de su paso por la dirección del museo?

La verdad es que de muchas cosas. Del Laboratori d’Art i pensament, que se ha hecho con la colaboración de Berta Sureda, estoy muy contenta, también del I-Cordes y también es importante la obra Ubú, con Robert Wilson, o el congreso del Cimam (Comité Internacional de Museos y Colecciones de Arte Moderno), que este comité internacional de museos eligiera nuestro proyecto es un orgullo.

Y sirvió para que Es Baluard se situara como la insignia de los espacios culturales de Balears, según el Observatorio de la Cultura.

Y de España. Según las críticas y artículos de prensa nacional e internacional, ahora mismo es uno de los lugares de referencia.

Supongo que es motivo de orgullo...

Por descontado, también es cierto que he tenido un buen equipo. Siempre he dicho que un director solo no hace nada, necesita al equipo para trabajar, igual que un equipo necesita un director que marque las líneas de trabajo, tiene que dar coherencia.

¿Cómo ha sido la relación con los políticos? ¿Ha habido injerencias o le han dejado libertad?

Totalmente. Creo que he tenido mucha suerte en este sentido. En estos cuatro años no he tenido ninguna injerencia, puede que alguna propuesta, pero natural, y de hecho, con tranquilidad he podido decir sí o no. La programación es 100% mi criterio y me he sentido apoyada cuando los proyectos requerían de un presupuesto extraordinario, como ha podido ser lo del Cimam, por ejemplo. Me he sentido muy apoyada por las instituciones y por el Patronato.

"En lo personal, vuelvo a casa, que siempre es un placer. En lo profesional, es volver a comenzar

Comentaba lo del traslado de las oficinas del museo. ¿Qué más cosas le han quedado pendientes?

Por ejemplo ver el bar abierto, que se cerró hace dos años. Me hubiera hecho mucha ilusión ver el restaurante funcionando.

¿Qué consejo da a quien la vaya a sustituir?

Mucho diálogo con el equipo. Se lo diría a cualquiera que entre en un puesto de dirección, el diálogo es imprescindible.

¿Cómo definiría ahora Es Baluard?

Un museo de arte contemporáneo.

¿No lo era antes?

Lo era, pero estaba muy desdibujado, no tenía presencia fuera de Balears, o de España. Ahora, lo dejo dentro del mapa internacional de museos de arte contemporáneo. Antes no lo estaba.

¿Qué supone dirigir la Fundació Tàpies?

Bueno, es una nueva etapa, un reto. En lo personal, vuelvo a casa, que siempre es un placer. En lo profesional es volver a comenzar. Pero es muy buen año para la Fundació, en diciembre comienza el centenario Tàpies y es un año ilusionante.

¿Qué podrá aplicar de su paso por Mallorca?

Mucha experiencia. Estoy muy contenta, no solo desde algo visible como la programación, sino del conocimiento adquirido, la interlocución con las instituciones gubernamentales y por los amigos que he hecho y que espero volver a ver.

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