Música

Mick Jagger, cantando y corriendo a los 80

El cantante británico alcanza la edad octogenaria convertido en símbolo incombustible de la eterna juventud asociada tradicionalmente al rock, mientras ultima un nuevo álbum de los Rolling Stones y sopesa si afronta con la banda una nueva gira

Mick Jagger saluda a fans de los Rolling Stones en Ámsterdam, en julio de 2022.

Mick Jagger saluda a fans de los Rolling Stones en Ámsterdam, en julio de 2022. / EFE

Jordi Bianciotto

¿Cuándo debe jubilarse una estrella del rock? Poco a poco vamos descubriendo que la retirada es una opción poco practicada en el ramo: tenemos, trepando por la setentena, a Rod Stewart, Iggy Pop, Roger Daltrey, Alice Cooper, Ozzy Osbourne, Ian Gillan… y algunos más, todos bien activos mientras el cuerpo se lo permita (y el público siga ahí). Y, mirándolos desde un palmo más arriba, ese prodigio llamado Mick Jagger, el primero en cruzar (este miércoles) el umbral de los 80.

Michael Philip Jagger alcanza esos dígitos personificando los atributos del rock en su estadio más literal y atlético. No hace mucho, en el verano de 2022, volvió a corretear por los estadios con los Rolling Stones. El grupo tiene, por lo visto, un álbum con canciones nuevas, el primero desde 2005, a punto para el próximo otoño, con registros póstumos del batería Charlie Watts y el reenganche, en algunos temas, del bajista Bill Wyman. La industria aprieta para que los Stones se embarquen en una nueva gira el año que viene. Depende de ellos y, sobre todo, de Jagger, a quien le toca el papel más exigente.

Sin perder fuelle

La caricatura nos pinta al Dorian Gray crónico y vanidoso, y al maquiavélico hombre de negocios, pero hablamos, en primer término, del ‘frontman’ definitivo de una era, el cantante cuyo estilo y actitud han resultado más influyentes en los últimos 60 años. Quizá, como apuntó una vez, precisamente, Charlie Watts, dejando de lado a dos portentos afroamericanos, James Brown y Michael Jackson. “Correr y cantar al mismo tiempo, y hacerlo bien, y sin desafinar, ni quedarte sin fuelle, no es nada fácil”, hace notar a este diario Gay Mercader, el promotor que ha traído a los Stones a España en la mayoría de las ocasiones desde su debut barcelonés en 1976. Que lo tiene claro: “Jagger está infravalorado como cantante”.

Aunque iba para economista, le pudo, desde el principio de todo, la pasión por el blues, que compartió con Keith Richards y que llenó los primeros conciertos de los Stones (en 1962) de asaltos fogosos a clásicos de Robert Johnson, Jimmy Reed o Muddy Waters. En el paso a la composición cobró forma el tándem Jagger-Richards, creador del grueso del catálogo ‘stone’. La deuda con el blues nunca ha prescrito: una década atrás, la pareja pagaba el funeral del pionero guitarrista Hubert Sumlin.

Armonicista 'bluesy'

Los Glimmer Twins, ‘brillantes gemelos’, así se bautizó la entente Jagger-Richards, han trabajado con un entendimiento íntimo y, por lo general, es difícil trazar con un bisturí qué parte de cada canción creó uno y otro. Y el influjo del blues se advierte en otro de los talentos de Jagger, el de fino armonicista, no siempre mencionado y que ha dejado buenos registros en temas como ‘Gimme shelter’ o ‘Midnight rambler’, así como en el hasta ahora último álbum de los Stones, el disco de versiones ‘Blue and lonesome’ (2016).

Pero, además de músico, Jagger es una celebridad, y quienes le han tratado hablan de la distancia entre su dimensión privada y pública (a todo un Bono, esa “polaridad” le dejó “atónito”), así como su habilidad para manejar a la prensa y evitar declaraciones estridentes. En contraste con Keith Richards, que, en 2018, cuando Jagger fue padre por octava vez, deslizó, en una broma que se le escapó de las manos, que debería someterse a una vasectomía (luego se disculpó). Jagger es capaz de ventilar preguntas incómodas sobre episodios del pasado asegurando que no se acuerda de nada.

Traición superada

Pero, si aún hoy, cuando se habla de un triunfador o un ídolo, puede decirse de él que “es una estrella del rock” (aunque el rock ya no sea la música más popular), es en buena medida por Mick Jagger, vedete imperial pese a que su historia no está libre de resbalones y fiascos: su faceta de actor y sus intentos como cantante en solitario. “La gran traición”, tachaba el guitarrista en su libro de memorias, ‘Vida’.

Jagger es descrito como “un tipo muy culto e informado, con contactos en los más altos niveles políticos”, asegura Gay Mercader, que tras haber trabajado tantas veces con los Stones, se muestra escéptico esta vez ante la hipótesis de una nueva gira. “No sé hasta cuándo pretende el público que Jagger siga practicando estas exhibiciones físicas”, cavila. Después de todo, será él y solo él quien tome la decisión (cuatro años después de superar una operación de corazón). La historia, el catálogo y la mitomanía pesan, pero recordemos que, como señaló una vez Charlie Watts, “a Mick le importa un bledo lo que pasó ayer; lo único que le interesa es el mañana”. 

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