'Swan', una mezcla entre la fantasía y la realidad de la bailarina, se representa en el Teatre Principal de Palma

Mar Aguiló es la directora y coreógrafa de este espectáculo interpretado por Clémence Gross

Clémence Gross y Mar Aguiló.

Clémence Gross y Mar Aguiló. / © Pablo Lorente

Montse Terrasa

Montse Terrasa

Mar Aguiló, bailarina con catorce años de carrera en la Compañía Nacional de Danza, es la directora y coreógrafa de Swan, un espectáculo que baila Clémence Gross, miembro del elenco del ballet de la Ópera de París, y que gira en torno a lo que significa ser una intérprete como ellas y los años de sacrificio. Este supone el proyecto «más íntimo» de la mallorquina, quien lo ha llevado a cabo en coproducción con el Teatre Principal de Palma, donde se podrá ver este viernes, 28 de abril, a las 20 horas, en la Sala Gran, y con los Teatros del Canal, en Madrid.

Mar Aguiló, durante la rueda de prensa en el Teatre Principal de Palma.

Mar Aguiló, durante la rueda de prensa en el Teatre Principal de Palma. / B. Ramon

Aunque Swan se inspira en la protagonista de El lago de los cisnes y hace uso de la técnica clásica, es un espectáculo de danza contemporánea. «No es mi primera pieza, pero para mí es como si lo fuese, realmente es la que siento más personal, más íntima, como que me refleja mucho, aunque yo no esté en el escenario esta vez. En las otras piezas que he creado siempre he estado como bailarina, como intérprete, y es la primera vez que no, pero, sin embargo, es la que siento más cerca y la que me define mucho más como creadora», explica Aguiló. 

Según ha dicho en la rueda de prensa en el Principal, Swan es el resultado de un trabajo intenso entre la coreógrafa y Gross, primero durante un mes en París, tiempo en el que convivieron y se llegaron a conocer, y después mediante zoom y videollamadas en las que ya participó el resto del equipo. Este espectáculo de danza cuenta con la música de los compositores Aire y Okkre, la iluminación y escenografía de Víctor Colmenero y el vestuario de Andrea Pimentel. 

Directora y bailarina han compartido su experiencia profesional. «Al final, nuestras vivencias se parecen mucho, las de todas las intérpretes, y sobre todo en la danza clásica más aún, todo el sacrificio que hay detrás, tantos años... Para mí era muy importante esa idea de la repetición», afirma. Hablando mucho con Clémence Gross, Aguiló se ha dado cuenta que «hablar de ella era hablar de todas».

Aguiló comenta que, en un principio, Swan debía ser interpretado por su amiga Marion Barbeau, bailarina y actriz francesa, pero una propuesta cinematográfica de última hora impidió llevar a cabo esa colaboración y fue la propia Barbeau quien recomendó a Gross. 

Swan es el resultado de un trabajo intenso entre Aguiló y Gross, durante un mes en París primero y después con el resto del equipo, mediante zoom y videollamadas, ha explicado la coreógrafa durante la rueda de prensa. 

'Swan'

'Swan' / © Pablo Lorente

Mar Aguiló recuerda que se formó en la escuela de Antònia Mas y que después trabajó con Nacho Duato. «Poco a poco, en estos catorce años, me he ido acercando a un lenguaje más contemporáneo y en este momento, que finalizaba mi carrera como intérprete, de repente me volví a enamorar del mundo de la danza clásica porque sentí que es mi base, desde donde yo he crecido», argumenta la artista sobre su elección de una obra clásica como El Lago de los cines de Chaikovski para su proyecto. Pero también le daba pie a jugar con «la idea de la fantasía y la realidad y dónde está la intérprete en un ballet, o incluso en una pieza de danza contemporánea, ¿dónde está Clémence, o es Odette?¿O soy yo?».

 Sobre este espectáculo de danza, Josep Ramon Cerdà, director del Teatre Principal de Palma, reitera que una de las funciones de esta institución es apoyar a los creadores locales, tanto los establecidos en la isla como aquellos que han realizado su carrera fuera, como es el caso de Aguiló. «Es un acto de reconocimiento necesario para que puedan volver a Mallorca, también colaborando con el teatro público de Balears». Este es el primer proyecto aquí en el que la bailarina «se libera de la compañía y se define como coreógrafa de una manera plena», añade Cerdà.