Una novela narra los orígenes del Forn des Teatre de Palma

‘El tramoista’, inspirada en la familia de Àngel Gené, relata la historia de Miquel Estrada, que trabajaba en el Liceu de Barcelona y se trasladó a Mallorca tras un accidente; e incluye el recetario del emblemático horno

El autor de ‘El tramoista’, Àngel Gené, frente al antiguo Forn des Teatre, ahora convertido en el Fornet de la Soca

El autor de ‘El tramoista’, Àngel Gené, frente al antiguo Forn des Teatre, ahora convertido en el Fornet de la Soca / B. Ramon

Raquel Galán

Raquel Galán

Un tramoyista del Gran Teatre del Liceu de Barcelona tuvo un grave accidente laboral que le afectó a la caja torácica y derivó en una enfermedad respiratoria. «Como a Chopin, los médicos de aquella época le recomendaron que viniese a vivir a Mallorca, que aquí se pondría bien. Se ve que la isla tenía fama entonces de ser un buen lugar para estas patologías. Que fuese verdad o no ya es otra historia».

El suceso y la mudanza a Palma con su familia dio origen al emblemático Forn des Teatre, como relata el autor de la novela El tramoista, Àngel Gené Ramis. El protagonista, Miquel Estrada, era el abuelo de su padre y desde niño le había escuchado hablar con sus tías sobre el antepasado procedente del barrio barcelonés de Sarrià y el popular horno de la plaza Weyler, a pocos metros del Teatre Principal de Palma.

«Nunca me había interesado mucho esa historia de la familia en la que aparecían los panellets y cosas que no comprendía porque era pequeño, pero un día, ya con unos 20 años, mi padre me contó anécdotas y me encantaron: un tramoyista del importante Liceu, el accidente, la aventura de venir en el siglo XIX a Mallorca con su mujer, Manuela, y un montón de hijos...», enumera Gené, que ayer presentó esta «ficción inspirada en la realidad» en la librería Quart Creixent de Ciutat.

Dice «medio en broma medio en serio» que es «un melodrama o novela rosa, porque la intención es presentar a los personajes de forma amable. Aunque no sean totalmente reales, no vas a hablar mal de tus antepasados». Gené desconoce por qué su bisabuelo montó un horno procediendo del mundo del teatro ni por qué se encontraba tan próximo a la sala escénica palmesana –«es posible que hubiese trabajado allí, según me han contado», apunta–, pero sí ha escuchado muchas veces que «se especializaron en dulces delicados».

Además de pasteles, en el Forn des Teatre elaboraban panellets. «Dice mi familia que fueron quienes los introdujeron en Mallorca. No sé si es verdad, aunque al menos contribuyeron a popularizarlos, ya que no eran conocidos en la isla. Además, son muy prácticos para comer en el teatro», destaca el autor.

El Forn des Teatre

El Forn des Teatre antiguamente

Miquel Estrada, con unos 40 años cuando llegó a Mallorca, y Manuela Prats, con 15 menos, se trasladaron en «una época en que la industria harinera era potente, con numerosos trabajadores que venían de los pueblos a vivir a Palma, por lo que había mercado suficiente para abrir un horno», explica Àngel Gené, historiador e historiador del Arte de formación y escritor por afición.

«Es la primera novela que he publicado, aunque tengo tres más en el cajón», reconoce quien une aquí sus dos pasiones. «Cuando uno tiene interés por la Historia, es lógico que también le atraiga la historia de su familia. He ido de lo más concreto, lo que tenía más cerca, a lo general», como indica, ya que en el libro hay pinceladas de acontecimientos históricos de la época, que abarca de 1825 a 1869. En la primera parte detalla la propia investigación respecto a sus antepasados, que no se nutre solo de la transmisión oral, sino también de la documentación existente en la parroquia de Sant Nicolau. Y deja para la segunda parte, la central, la historia del Forn del Teatre, que se inicia con el suceso de Barcelona. «Tenía muchas ganas de contarla desde hacía años, era algo pendiente», aunque Gené no se animó hasta después de la pandemia. «Ahora es el momento», se dijo.

Dialectismos

El prólogo, titulado Reflexions des d’un hotel d’interior, es narrado por un personaje imaginario de hoy en día que está leyendo esta novela. Lo incluyó para tratar otra de sus aficiones, los dialectismos del catalán de Mallorca. «Intento recuperar lo que se hablaba en el siglo XIX. Como esta persona, que se encuentra en un pueblo del Ampordà, tiene que estudiar los dialectismos, era una excusa que me pareció divertida», tal como argumenta el escritor.

En El tramoista, la ciudad está muy presente, pero Àngel Gené nunca se planteó presentarse a los Premis Ciutat de Palma porque lo que quiso con el primer libro que ha publicado es «tener libertad y tranquilidad para escribir lo que te dé la gana, sin influencias de ningún tipo», concluye.

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