Explosión de colores en el concierto de Antònia Font en Palma

«No os ha parado ni el frío ni el agua, muchas gracias por venir», dijo el cantante del grupo mallorquín a los más de 19.000 espectadores entregados al concierto que mayores expectativas ha creado en las fiestas del patrón de Palma

Raquel Galán

Raquel Galán

La música de Antònia Font se convirtió este sábado en bellos copos de nieve de colores cayendo del cielo y del espacio interestelar que tanto atrae al grupo mallorquín. La espectacular puesta en escena del concierto más esperado de las fiestas de Sant Sebastià durante las últimas décadas tuvo su traca final con la explosión de confeti y fuegos artificiales que empaparon de alegría a los entregados fans y transformaron el recinto de Son Fusteret en «un teatre que se diu felicitat, primavera y trinaranjus».

Lo corearon al unísono los más de 19.000 espectadores en la última canción de un concierto que tuvo «gust de que s’acaba», porque el quinteto no tiene programado ninguno más en Mallorca.

Calzados con katiuskas y bien abrigados, varias generaciones de seguidores, incluidas velles que es xapen de riure y muchos niños, como Júlia Bestard, compartieron una treintena de canciones desde el primer hasta el último disco de la banda que ha llevado a lo más alto el pop catalán con un estilo y un lenguaje musical únicos.

Tras nueve años de ausencia juntos en el escenario, Antònia Font volvió con Un minut estroboscòpica, el tema con el que ayer iniciaron el espectáculo. Parecía que E.T. iba a aparecer sobre las tablas, por los sonidos que acompañaban a las primeras notas, pero lo hicieron los cinco chicos que consiguieron hacer olvidar el frío.

Les recibieron con aplausos, gritos, palmas y, en primera fila, un cartel con parte de la letra de Viure sense tu. Hasta la tercera canción no hablaron del tiempo (no ocurrió «i quan va sortir es sol després de quatre dies») pero Pau Debon agradeció al público que no les hubiese «parado ni el frío ni el agua». El astro rey llegó al menos con Vitamina sol. Con la arenga del cantante, «venga, va, quatre voltetes», muchas parejas comenzaron a bailar un vals en un bonito guiño a la letra.

Después sonaron temas tan conocidos como Dins aquest iglú (vino que ni pintado), Vos estim a tots igual, Astronauta rimador, el reciente Caramel·let, el clásico Holidays o Venc amb tu, que dio paso a las presentaciones de los cinco de Antònia Font: Jaume Manresa, Joan Miquel Oliver, Pau y Pere Debon y Joan Roca. Más de un asistente pensó que era el final del concierto y se marchó cuando todavía quedaba la mitad.

Faltaba lo mejor, o al menos lo que más corearon y bailaron los miles de espectadores que ya se habían olvidado por completo del frío. En la primera tanda de bises interpretaron Batiscafo katiuskas, Icebergs i guèisers, la tan esperada Alegria, que deleitó a los fans, y Wa yeah!, que podría ser un final perfecto para un concierto casi apoteósico, pero faltaba la guinda del pastel: el homenaje a las Islas Baleares, los patinadores de las olimpiadas de Calgary 88 y, por supuesto, Viure sense tu.

Quienes acudieron a la Serra a disfrutar de la nieve y después al concierto de Antònia Font podrán decir que vivieron un día único y, probablemente, histórico, con más de 19.000 personas cantando y bailando en Son Fusteret antes de bajar el telón de las fiestas de Sant Sebastià. Porque hay veces en que «surt es sol i encara plou», como ocurrió anoche en Palma.