Por las nubes con Yann

Yann se ha colocado definitivamente en el Olimpo de los grandes guionistas europeos, al lado de gigantes como Greg, Charlier o Van Hamme.

Portada de Pin-up

Portada de Pin-up / DM

Florentino Flórez

Florentino Flórez

Casado con la historia

Una buena parte de su carrera la ha dedicado a los tebeos históricos, colaborando con artistas académicos, aunque sus series de aventuras en ambientes bélicos o de espionaje han transitado casi todos los grados de iconicidad. Con el sintético Konrad en «Los innombrables» o «La tigresa blanca» (2005). Con Chaland en «El cometa de Cartago» (1986), «Vacaciones en Budapest» (1988) y «F52» (1989).

Pero la serie en la que Yann aúna con más fortuna los componentes históricos y aventureros es «Pin-up» (1994-2011). Su dibujante Berthet va un paso más allá en la descripción realista de los escenarios, pero todavía se mantiene en un plano muy «de cómic», línea-clarista. A lo largo de nueve álbumes se nos brinda una versión de la historia de los Estados Unidos durante la IIGM y los años de la posguerra, acabando con un episodio dedicado a Hitchcock. Con un ritmo trepidante, la saga explica los diferentes roles de la mujer en esos tiempos de transformación, confrontando la realidad con los estereotipos. La protagonista es una de aquellas pin up que posaron para tantos fotógrafos del momento, pero que también podía servir de inspiración para dibujantes de comics como el que aparece, una referencia poco discreta a Milton Caniff. Contiene muchos momentos de humor y de erotismo y salta sin complejos del drama a la comedia. Narrativamente es muy sofisticada, con una estructura de página peculiar. Rompe con una idea muy extendida sobre las viñetas verticales situadas a la derecha de la plancha. Tradicionalmente se desaconsejan, ya que pueden provocar cierta ambigüedad de lectura. Sin embargo los autores las usan de forma constante y eficaz. Hay aventuras en Hawai, espías rusos y citas a Playboy, todo cabe en un trabajo desbordante, un clásico automático. Produjeron una serie secundaria, «Poison Ivy», dando vida a un personaje que aparecía en una tira de prensa en «Pin Up». Era divertida pero también un producto menor, en comparación con el original.

«Sauvage», (2018), una fantasía sobre la revolución mexicana, completaría el repaso por sus series históricas. En principio podríamos pensar que nos hallamos ante uno más de los westerns mexicanos que periódicamente lanza el mercado francés, como ciertos episodios de Blueberry, el McCoy de Hernández Palacios o la serie «Los Gringos». Pero Yann desplaza el argumento a su terreno, empleando la convulsa política mexicana como telón de fondo para uno de sus guiones con personajes atrapados por un destino del que no pueden escapar.

Viñetas de Angel Wings

Viñetas de Angel Wings / DM

Amante de los aviones

Si hay un terreno en el que Yann ha conseguido destacar es en el subgénero de los tebeos de aviones. Ya he comentado con anterioridad sus colaboraciones con Juillard, los excelentes «Mezek» (2012) y «Doble 7» (2018). Álbumes donde demostraba su amor por los cacharros voladores y su habilidad para entremezclar la creación de personajes fascinantes con un entorno histórico tan interesante como volátil. De niño había devorado las aventuras de Buck Danny, que lo convirtieron en un apasionado constructor de maquetas de aviones.

Viñetas de Diente de oso

Viñetas de Diente de oso / DM

Demostró su absoluta maestría en ese terreno en otro cómic sobre el que ya he escrito, «El gran Duque» (2011), donde unía sus fuerzas con el dibujante Romain Hugault. Volvieron a encontrarse en «El Piloto del Edelweiss» (2019), saltando de la segunda a la primera guerra mundial, con una historia algo más confusa. Y otra vez unieron sus fuerzas en «Angel Wings», una larga saga que se iniciaba en los años cuarenta y que en su segundo ciclo ha saltado a la guerra de Corea. En España acaba de publicarse el octavo tomo, donde sale Marilyn Monroe. Yann siempre se asegura de incluir personajes femeninos fuertes, pero también atractivos, mujeres tan simpáticas como poderosas que despiertan el interés de los lectores. Aquí aborda el asunto de las pilotos de combate en la guerra del Pacífico. Al igual que sus homólogas soviéticas, aquellas aguerridas muchachas afrontaron muchas dificultades antes de conseguir que se reconociera su valía. Esos conflictos, tanto personales como sociales, se nos presentan en un entorno con claras resonancias clásicas. Las actitudes, los diálogos, tienen ecos de ciertas películas de los años cuarenta y cincuenta. Hay algo familiar y agradable en el comportamiento de sus personajes, hombres y mujeres recios, con poca tendencia al lloriqueo y menos al victimismo, auténticos héroes «de los de antes». La modernidad aflora en el tratamiento de las señoras, siempre un paso por delante de unos hombres un poco lentos y con tendencia a mantener un status quo que les beneficia. Obviamente el guión no plantea la lucha de sexos de forma estereotipada, hay chicas malvadas y muchachos generosos y al contrario. Todo se lee con fluidez y cada vez que se acaba un álbum quedamos con ganas de más. Impresionantes las coreografías de los combates aéreos, de las mejores que se hayan dibujado en viñetas. Si en el primer ciclo jugó con los preliminares de la bomba atómica, el segundo nos traslada a Corea, con el novio de la protagonista, atrapado en un campo de concentración rojo.

Portada de Poison Ivy

Portada de Poison Ivy / DM

Su buena sintonía con Hugault, de dibujo realista y en ocasiones casi fotográfico, no ha impedido que Yann levantara otra serie «de aviones» con un dibujante más estilizado, aunque también muy preciso con los detalles. Con Henriet firmó «Diente de oso» (2014-2019. Integral: 2022), una fantasía sobre los aviones experimentales de los nazis. Pero que llega a ser mucho más: una reflexión sobre la manipulación de la infancia, la moralidad en tiempos de guerra, la posibilidad de mantener cierta integridad en circunstancias muy adversas... Es un guión lleno de giros y personajes complejos, con comandos atacando bases secretas nazis y donde los datos reales se entremezclan a la perfección con elementos inventados para construir una gran aventura bélica.

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