El Mallorca lleva ritmo de cien puntos, o muchos más, si se hacen caso a las matemáticas. La victoria del domingo en su visita al Ebro (0-2) deja a los bermellones como líderes indiscutibles de su grupo de la Segunda B, con veinticinco puntos de veintisiete posibles, algo que no ha hecho nadie este curso en la categoría de bronce del fútbol nacional. Es evidente que si mantiene este nivel, los cien puntos se quedarán cortos y se proclamará campeón sobradamente.

De los nueve encuentros que ha disputado, ha ganado ocho y solo ha empatado uno, el que firmó en el derbi ante el Atlético Baleares en Son Malferit (0-0). Un registro espectacular que invita al optimismo en una temporada en la que el único desenlace positivo posible es el regreso a la Liga de Fútbol Profesional. Todo lo que no sea el ascenso será un fracaso, tal y como han admitido los propios dueños del club en su momento, Robert Sarver y Andy Kohlberg.

Sin embargo, el reto fijado va cumpliendo los pasos incluso mejor de lo previsto. De hecho, la media de puntos de los diez últimos campeones de este grupo arroja que debe alcanzar los setenta y cuatro para acercarse al éxito. Por ello, en apenas nueve encuentros ya ha sumado un tercio de esta cifra. Y quedan veintinueve por delante para alcanzar este número.

Ser el campeón de la Liga tiene un premio muy suculento ya que, más allá de tener dos balas en la recámara para subir, la primera de ellas concede la posibilidad de ascender de forma directa si supera la eliminatoria con otro campeón, ya sea del grupo uno, dos o cuatro. Y si la perdiera, todavía podría jugar en Segunda si superara las dos rondas siguientes, un camino que suena a complicado y que ya consiguió, sin ir más lejos, el Albacete la pasada temporada. En el caso de que quedara segundo, tercero o cuarto, subir pasaría por superar tres eliminatorias. Tal y como han empezado los de Moreno, suena a muy complicado que no quede entre los cuatro primeros ya que, ahora mismo, ya aventaja en once puntos al quinto, que es el Cornellà. El Mallorca está disparado, ahora solo queda saber si podrá aguantar esta velocidad hasta el final. Y con ascenso incluido. De momento tiene buena pinta.

Claudio, al Hércules

Claudio Barragán es el técnico elegido para sustituir al despedido Gustavo Siviero en el banquillo del Hércules, rival del Mallorca.